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La fiscal general de Estados Unidos, Loretta E. Lynch, aseguró este miércoles que el Departamento de Justicia está «determinado a acabar con la corrupción en el mundo del fútbol» que, aseguro, ha salpicado casos como la elección de Sudáfrica para el Mundial de 2010 o la elección del presidente de la FIFA en 2011.

«Los detenidos utilizaron sus posiciones de confianza para solicitar sobornos a cambio de los derechos comerciales, y lo hicieron una y otra vez, año tras año, torneo tras torneo», dijo Lynch en rueda de prensa junto al director del FBI, James B. Comey y otros altos cargos.

Siete altos cargos del máximo organismo del fútbol mundial, entre los que se encuentran dos vicepresidentes, fueron detenidos este miércoles en la ciudad suiza de Zúrich acusados de corrupción cuando se encontraban en el hotel en el que se hospedaban antes de participar en el congreso anual de la FIFA.

La fiscal general citó entre otros casos salpicados por la corrupción el proceso de elección de Sudáfrica como sede del Mundial de 2010, que los implicados «corrompieron a través de sobornos para influir en la decisión».

La acusación también alega que la corrupción y los sobornos se extendieron a la elección del actual presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en 2011, y a los acuerdos relativos al patrocinio de la selección brasileña por una compañía de deportes estadounidense.

Además, según la investigación, la Copa América que se celebrará por primera vez en EEUU en 2016 «fue usada como vehículo en una conspiración más amplia para llenar los bolsillos de los directivos con sobornos de un total de 110 millones de dólares», que representan casi un tercio de los costes legítimos de los derechos implicados en los torneos.

«En resumen, estos individuos y organizaciones incurrieron en sobornos para decidir quién televisaría los partidos, dónde tendrían lugar y quién controlaría la organización que supervisa el fútbol en el mundo», agregó Lynch, que hasta hace unos meses era la fiscal general del distrito este de Nueva York, encargada de la investigación.

La fiscal general precisó que los acusados planearon parte de su actividad delictiva en reuniones celebradas en Estados Unidos, además de usar el sistema bancario de este país para distribuir los sobornos.