Villarreal: Areola, Mario, Bailly, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Bruno, Trigueros (Pina min. 74), Jonathan Dos Santos (Denis Suárez min. 67), Samu Castillejo; Baptistao (Nahuel min 46), Soldado.
Atlético de Madrid: Oblak, Gámez, Godín, Giménez, Filipe Luis; Tiago, Gabi (Vietto min. 46), Saúl , Óliver (Correa min. 65); Griezmann, Jackson (Fernando Torres min 46).
Gol: 1-0, min.14: Leo Baptistao.
Árbitro: Fernández Borbalán (Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a los locales Soldado y Nahuel, y a los visitantes Griezmann y Tiago.
El Villarreal superó por 1-0 al Atlético de Madrid, certificó su gran momento y mantuvo su posición de privilegio en lo alto de la tabla, por delante de los 'grandes' del fútbol español.
Un gol de Baptistao a los catorce minutos fue suficiente para que los de Marcelino García lograran la victoria ante un Atlético que buscó siempre un juego directo que no inquietó a los locales.
El Villarreal acabó el partido como líder, con 16 puntos en seis jornadas, e igualó su mejor inicio de campeonato.
La primera parte fue como habían avisado ambos entrenadores: un partido peleado, trabado y poco vistoso.
El que más puso de su parte desde el principio para que no fuera así, fue el equipo local. Los de Diego Simeone salieron con una idea clara: ser fuertes atrás y buscar lo más rápido posible el área rival.
Así, casi todas las acciones atléticas buscaban el balón colgado al área desde muy lejos, a la búsqueda siempre de la segunda jugada, mientras que el Villarreal fue fiel a su juego, buscando el control de la pelota.
En una combinación entre Soldado y Baptistao, éste se quedó ante Oblak y no perdonó a sus excompañeros. Un gol al cuarto de hora que permitió a los de Marcelino controlar y no tener que arriesgar demasiado.
Los visitantes no variaron su planteamiento y siguieron buscando a un desacertado Jackson y a un desaparecido Griezmann.
La segunda parte comenzó con una declaración clara de intenciones por parte del Atlético, con Torres y Vietto en el campo.
Por su parte, el equipo de Marcelino decidió dar un paso atrás y esperar sus opciones a la contra, a la espera de errores y espacios.
Y así llegó una jugada que dejó a Nahuel ante Oblak, pero el delantero, que acababa de sustituir a Baptistao, no logró rematar el que pudo ser el segundo gol.
La apuesta de Simeone no funcionaba y, tras veinte minutos sin generar peligro, el técnico argentino decidió dar entrada a Correa y poner toda su pólvora en el campo.
Pero a los visitantes les faltó fútbol y no lograron generar demasiado peligro ante la portería rival. Tan solo un disparo de Correa que salvó Areola en los minutos finales pudo alterar el resultado.
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