Italia: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Candreva (Bernardeschi, m.77), Parolo, Jorginho, Florenzi, Darmian (El Shaarawy, m.63); Immobile, Gabbiadini (Belotti, m.63).
Suecia: Olsen; Lustig, Lindelof, Granqvist, Augustinsson; Claesson (Rohden, m.71), Johansson (Svensson, m.20), Larsson, Forsberg; Berg, Toivonen (Thelin, m.54).
Árbitro: Antonio Mateu Lahoz (ESP). Mostró cartulina amarilla a los locales Chiellini(m.9), Barzagli (m.22), Bernardeschi (m.92), Immobile (m.92) y a los visitantes Johansson (m.10), Forsberg (m.29), Lustig (m.65), Thelin (m.69), Rohden (m.75) y Olsen (m.94).
Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de la repesca de clasificación para el Mundial de Rusia 2018 disputado en el estadio San Siro de Milán (Italia) ante 74.000 espectadores, completamente lleno.
La selección de Italia confirmó la debacle absoluta, no pasó del empate 0-0 este lunes contra Suecia, en el partido de vuelta de la repesca para acceder al Mundial por lo que, en virtud del 0-1 sufrido en la ida, no consiguió clasificarse para la Copa del Mundo de Rusia 2018.
La «Azurra» faltará a su primer Mundial desde 1958. Tan sólo en esa ocasión, curiosamente en Suecia, y en la primera Copa del Mundo, disputada en Uruguay en 1930, a la que no acudió pese a estar invitada, la máxima competición futbolística no contó con el conjunto transalpino.
Italia buscó con todo el gol para forzar como mínimo la prórroga en el duelo del estadio San Siro de Milán, pero no consiguió romper la sólida defensa de Suecia que, por su parte, volverá a jugar un Mundial tras perderse las últimas dos ediciones.
Es uno de los momentos más negativos de la historia de la selección «azzurra», cuatro veces campeona del mundo, y de su capitán Gianluigi Buffon, que terminó entre lágrimas su historia personal con el equipo nacional de su país tras 20 años de carrera.
Ventura decidió confirmar el 3-5-2 de la ida, pero dejó en el banquillo al medio Daniele De Rossi y al delantero Andrea Belotti, al apostar en el centro del campo por Jorge Frello «Jorginho» y por Manolo Gabbiadini en zona ofensiva, al lado de Ciro Immobile.
Por su parte, el técnico sueco Janne Andersson recuperó a su lateral derecho titular, Mikael Lustig, y sustituyó al lesionado Albin Ekdal con Jacob Johansson, el autor del gol decisivo en el partido de ida.
El duelo empezó con gran intensidad y vio dos amonestaciones, una para el italiano Giorgio Chiellini y otra para el sueco Johansson, y dos posibles penaltis no pitados en los primeros trece minutos, uno por parte.
En el 8, el sueco Ludwig Augustinsson derribó a Marco Parolo en el área de penalti mientras que en el 12 el italiano Matteo Darmian desvió un centro con la mano; en ambos casos, el colegiado, el español Mateu Lahoz, decidió dejar seguir el juego entre polémicas.
En la fase central de la primera mitad Italia intentó gestionar el juego, pero no logró mover rápidamente la pelota y sus pases largos y altos eran de fácil lectura para los altos y potentes zagueros suecos.
Tras una lesión sufrida por Johansson, que salió en camilla, un problema físico padecido por Bonucci, que decidió forzar y seguir en el campo, y otro posible penalti no pitado a favor de Suecia, Italia se volcó al ataque en busca de un gol antes del descanso.
Los «azzurri» tuvieron su mejor ocasión en los pies de Immobile, que recibió un pase al hueco de Jorginho, controló y disparó, pero su intento fue despejado por una determinante parada del portero sueco Robin Olsen.
También se acercaron al gol con dos centros rasos al suelo de Darmian y Parolo, aunque ningún delantero italiano logró rematarlos, lo que envió a los dos equipos a los vestuarios con el 0-0 que todavía figuraba en el marcador.
La segunda mitad empezó con el mismo guión de la primera, con Suecia encerrada en su mitad de campo e Italia que se volcó al ataque y que buscó la diana con un disparo de Alessandro Florenzi que se fue fuera por pocos centímetros.
Faltaban menos de 30 minutos cuando Ventura dio paso a Stephan El Shaarawy y a Andrea Belotti en el intento de subir el peso ofensivo de un equipo que lo intentaba, aunque guiado más por el instinto que por un dibujo táctico estudiado en los entrenamientos.
En una de esas acciones convulsas, Florenzi centró desde la banda derecha y el balón, tras una desviación de Lustig, se estrelló contra la parte superior del larguero.
Pasaban los minutos y subía cada vez más la tensión de una Italia que en la fase final atacó con todo, aunque sin poder crear concretas ocasiones.
En los últimos saques de esquina subió también Buffon en el área rival en busca del gol, pero los suecos lograron defenderse con orden y, tras cinco minutos de tiempo añadido, pudieron celebrar una gran hazaña.
Esta derrota supone además con toda probabilidad la salida de Ventura como seleccionador y la apertura de un nuevo proyecto para el movimiento futbolístico italiano.
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