Algo más que una colección de camisetas | R.D

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Raúl Sánchez (Palma, 1989) y Fulgencio Panduro (Palma, 1979) tienen una pasión en común: la de coleccionar camisetas. Entre los dos se aproximan al medio millar de elásticas, todas ellas oficiales y que en un momento u otro han vestido jugadores profesionales, especialmente de fútbol y de baloncesto.

Raúl tiene 28 años y abrió las puertas de su domicilio para que Ultima Hora captara imágenes del tesoro que el aficionado palmesano acumula en sus armarios. Es impresionante. Sus colección principal se centra en amasar camisetas oficiales del Real Mallorca. Solo de la elástica rojilla tiene una cantidad que ronda las 80, pero el número aumenta hasta más de 200 si suma las que ha ido acumulando de otros equipos. Raúl explicaba cómo se inició en el arte de coleccionar camisetas del Mallorca. «Mi abuelo durante muchos años ayudaba al Mallorca en las labores de organización en la zona del césped y en 1997 me consiguió la de Baba Sule, ahí empezó todo. Es la herencia en vida que me ha dejado mi abuelo. Poco a poco fue recolectando más y con el tiempo yo fui también buscándome la vida y pidiendo por ahí sin descanso», explica. Relata el joven que no es fácil ser coleccionista de camisetas porque no siempre uno encuentra recompensa y pone un ejemplo. «Iba al campo y pedía, pero había algunos muy agarrados. Mario Suárez, el año que el Sevilla entró en Champions en el último partido en Son Moix, se la pedí y no me la dio y luego, un par de pasos más allá... se la dio a una chica».

En muchos casos la frustración es absoluta. «Otro día en el Sitjar un jugador del Betis calentó casi todo el segundo tiempo y el entrenador no lo sacó... Le pedí la camiseta y me dio la de entrenamiento...», comenta Raúl. Pero no siempre ha sido así. «Ahora por ejemplo le he pedido muchas veces la camiseta a Bonilla del partido Peralada-Mallorca». ¿Por qué a Bonilla? «Porque él marcó el primer gol en Segunda B esta temporada y ha dicho que cuando termine me la dará», explica Raúl. Su especialidad son camisetas de fútbol y la de Fulgencio es la de acumular cientos de elásticas de baloncesto.

Como le ocurre a Raúl —entre ambos han intercambiado algunas de sus piezas—, la afición de Fulgencio también salpica a otros deportes, aunque el grueso de su colección tiene que ver con el deporte de la canasta. Las tiene de todos los colores, tamaños y equipos, aunque en su armario dominan el blanco y el morado que distinguen al Real Madrid, su club de referencia. Precisamente, una elástica comprada del conjunto blanco originó su particular museo, que arrancó «en serio» a partir del año 2007. Desde ese instante, la bola no ha dejado de crecer, ya sea a través de tiendas, contactos o intercambios con otros aficionados.

Como todo buen coleccionista, Fulgencio valora de manera especial las camisetas más singulares con las que se encuentra y entre la montaña que apila en su casa hay unas cuantas que son únicas. Incluso hay algunas que se fabricaron para una ocasión o torneo en concreto y ni siquiera llegaron a utilizarse nunca. «Una de las que guardo con más cariño es de Lorenzo Sanz Durán, de la temporada 1996-97, cuando el Madrid ganó la Recopa. Está firmada por toda la plantilla y tras comentárselo al propio Lorenzo descubrí que ni él mismo la tiene. Otra que de las que más me gustan es una utilizada por Marcus Slaughter en ACB. No será el mejor jugador, pero le tengo un cariño particular», asegura Fulgencio, que desgrana todo su tesoro a través de un blog personal (fulbasket.wordpress.com).