En un auto en que da por concluida la instrucción y pasa a procedimiento abreviado (equivalente al procesamiento), la jueza Carmen Lamela cree que hay indicios de que estas seis personas, contra las que ahora se abrirá juicio oral, formaban parte de una organización criminal que ocultó dinero desviado de la CBF por su expresidente Ricardo Teixeira, investigado en Estados Unidos.
En concreto, les atribuye blanquear 15 millones de mordidas obtenidas por Teixeira de los derechos de retransmisión de 24 amistosos de la selección brasileña y otros 5 millones de un contrato de patrocinio con la marca Nike.
Según la jueza, Rosell, que está en prisión por este caso junto a Besolí desde mayo de 2017, se apropió de al menos 6,5 millones de euros de la operación de los amistosos.
El contrato por estos partidos lo firmó en 2006 Teixeira con una sociedad árabe domiciliada en las Islas Caimán (International Sports Events) y vinculada al grupo saudí Dallah Albaraka Group, dirigido a su vez por el jeque billonario de este país Saleh Kamel.
Según Lamela, en el contrato «se impuso a la compradora los pagos de unos fondos» de los que se apropiaron Rosell y Teixeira en perjuicio de confederación brasileña, concretamente 8.393.328 euros en el caso de Teixeira y otros 6.580.000 del expresidente del Barça, «en ambos casos sin el conocimiento de la CBF y en su perjuicio».
En el caso de Rosell, recibió los 6,5 millones mediante cinco transferencias hechas entre noviembre de 2010 y enero de 2011 a cuentas en España a su nombre y el de su esposa, provenientes de cuentas de Suiza y Arabia Saudí vinculadas al jeque.
El expresidente del Barça declaró a Hacienda que esos pagos fueron por la venta en mayo de 2011 de una mercantil propiedad suya y de su mujer (BSM) a una sociedad en el Líbano de un ciudadano libanés amigo de Rosell -Shahe Ohanneissian-, pero la jueza sostiene que en realidad respondieron a las comisiones por los amistosos.
Para dar apariencia de legalidad al cobro de las comisiones de Texieira, los procesados movieron parte del dinero a través de un entramado societario y transferencias bancarias que terminan en cuentas de Andorra en las que estaban autorizados Rosell y Besolí.
Así, Teixeira recibió los 8,4 millones en 2007 mediante una empresa (Uptrend) que había constituido Rosell en Nueva Jersey (EE.UU.) y que estaba participada por una fundación panameña controlada también por el expresidente del Barcelona. Teixeira y su mujer, destaca la jueza, llegaron a tener dos tarjetas Visa Platinum vinculadas a una cuenta de Uptrend.
Esta empresa de Rosell figuraba en el contrato como intermediaria en la negociación para que la sociedad del jeque saudí adquiriera los partidos, pero no tenía, dice Lamela, «infraestructura» para esta actividad de eventos deportivos.
Los 8,4 millones se movieron luego a cuentas en Andorra vinculadas a Teixeira y otros dos testaferros procesados -Pedro Andrés Ramos y Josep Colomer-, relata la juez en el auto.
En cuanto al contrato de patrocinio de la selección brasileña firmado por la CBF con Nike, en el que una sociedad de Rosell (Ailanto) figuraba como intermediaria, Lamela describe una serie de operaciones en una cuenta andorrana vinculada al expresidente del Barcelona para ocultar el pago a Teixeira 5 millones de euros de mordidas.
Rosell alegó que ese dinero era la devolución a Teixeira de un préstamo recibido en 2008, pero la jueza no cree su versión. Además, parte de esos 5 millones (724.000 euros) fue a parar, según el auto, a cuentas de exsecretario general de la FIFA Jérôme Valcke, investigado por corrupción.
La magistrada recuerda que la marca Nike estuvo implicada en una investigación de Estados Unidos como presunto pagadora de comisiones ilícitas a Teixeira, en relación a la obtención por parte de la marca deportiva del contrato de patrocinio de la selección brasileña de fútbol.
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