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José Mourinho ha vuelto a perder los nervios en el banquillo. El técnico portugués ha saltado este sábado como loco a por un integrante del banquillo del Chelsea, que celebró un gol en la cara de Mourinho.

El preparador del Manchester United tuvo que ser frenado por el resto de persona de ambos banquillos para evitar males mayores.

Tras este episodio y una vez acabado el partido, Mourinho dio una pequeña vuelta por el campo y levantó tres dedos de su mano, en referencia a las tres ligas que ganó con el Chelsea, pidiendo respeto a la afición de Stamford Bridge.

El Manchester se quedó a las puertas de conseguir los tres puntos, pero un gol en el minuto 96 de Ross Barkley, unido a un tanto de Antonio Rudiger en la primera parte, desactivó el doblete de Anthony Martial y dejó las tablas en el marcador.

Mourinho, tras recibir el mazazo del empate y al ver que un integrante del banquillo del Chelsea celebró el empate en su cara, saltó tras de él y tuvo que ser frenado por las personas de seguridad y el propio Maurizio Sarri.

El preparador luso aseguró después de que su equipo dejase escapar la victoria en Stamford Bridge en el minuto 96, que cuando él va perdiendo «no le añaden seis minutos». «Espero que todo colegiado haga lo mismo que Mike Dean y dé seis minutos. Normalmente cuando yo pierdo no me dan cinco o seis minutos», se quejó el entrenador portugués en declaraciones a la cadena británica Sky Sports. «Fuimos el mejor equipo en el campo. Si antes del partido te dicen que íbamos a sacar un punto de Stamford Bridge, dirías que es un gran resultado, pero después del partido, es un mal resultado para nosotros y genial para ellos», explicó el luso.

Además, la nota negativa del encuentro llegó tras el gol de Barkley, cuando uno de los asistentes de Maurizio Sarri, entrenador del Chelsea, celebró el empate en la cara de Mourinho, quien se fue tras él y fue frenado por otros miembros del cuerpo técnico. «No creo que haya recibido ese respeto que yo he dado, pero esa no es mi responsabilidad. Tengo un nivel de educación y en el deporte, tanto en Madrid, Oporto y Londres, me he intentado comportar del mismo modo, pero la reacción de lo fans no depende de mí», arrancó Mourinho.

«No estoy molesto con nada y lo que pasó fue con el asistente de Sarri. Sarri fue el primero en venir a pedirme perdón y a decirme que lo arreglaría internamente con él. Después de eso, su asistente vino y se disculpó. Le dije que si lo siente de verdad, lo acepto. Olvidadlo, yo también he cometido errores en mi carrera», explicó el preparador portugués.