Miquel Àngel Moyà y Mikel Oyarzabal fueron los futbolistas más destacados de la Real Sociedad en Mestalla y ambos tuvieron una gran incidencia en el empate que sumaron los de Imanol Alguacil.

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Miquel Àngel Moyà entrena estos días en Zubieta con la ilusión de volver a casa. Ya estuvo en Son Moix a finales del año pasado para participar en el partido solidario que el fútbol balear le dedicó a Sant Llorenç, pero ahora será diferente. Seis años después de hacerlo por última vez, el portero de Binissalem regresa a sus orígenes para enfrentarse al Mallorca en un escenario en el que ha ganado siempre que ha actuado allí como visitante. La última vez en 2013, con el escudo del Getafe en el pecho (1-3).

A sus 35 años, reaparece en Palma en un dulce momento. En plena madurez, con la mochila cargada de experiencia y como el guardián principal de la portería de la Real Sociedad, un puesto que tras la salida de Rulli parecía diseñado para Álex Remiro. Cuando casi nadie lo esperaba, Imanol Alguacil le entregó al mallorquín las llaves del portal y acabó siendo uno de los más futbolistas destacados de su equipo. Este domingo tendrá que contener al Mallorca de Vicente Moreno, un rival en el que todavía quedan algunas huellas de su etapa en el club.

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«El Mallorca es el equipo de mi tierra y de mi corazón», reconocía ayer Moyà en una entrevista concedida al Diario Vasco. «Viví de lleno los años dorados del club en los que ganó la Copa, fue finalista de la Recopa y entró dos veces en Champions».

Moyà coincidirá con su paisano Xisco Campos, que se reencontró el pasado fin de semana con la Primera División quince años después. «Es dos años mayor que yo y jugamos juntos en el juvenil y en el filial. Cuando yo no tenía carnet de conducir me llevaba siempre a entrenar», recuerda el portero blanquiazul, que en cualquier caso reconoce que las referencias que tiene del Mallorca actual no se las ha dado precisamente el central y capitán bermellón. «Me las ha dado mi padre, que es mallorquinista y muy futbolero», admite en la misma entrevista. «Me ha dicho que no hay equipo en Primera que muerda tanto como el Mallorca, aunque no tenga una estrella definida. El año pasado creo que solo perdió en casa contra el Albacete y sigue esa dinámica. Mi padre me ha dicho que es el partido más difícil que tenemos en el inicio de Liga».

Este fin de semana, cuando se ajuste los guantes dentro del vestuario visitante, estarán a punto de cumplirse quince años de su debut con el Mallorca en Primera, con Benito Floro, con el Real Madrid como rival y con Ronaldo Nazario como verdugo (0-1).