Take controla un balón en el partido de la primera vuelta entre el Mallorca y el Madrid. | Miquel Àngel Llabrés

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La crisis por el coronavirus interrumpió la Liga hace un mes y concretamente los partidos correspondientes a la jornada 28 que debían disputarse el fin de semana del 13, 14 y 15 de marzo ya no llegaron a jugarse. El Mallorca en esa ocasión debía enfrentarse al Barcelona en Son Moix, pero con todo vendido y tras la idea inicial de jugar sin público, definitivamente el balón dejó de rodar y hasta la fecha sigue sin poder hacerlo.

Este fin de semana el Mallorca debía jugar en el Bernabéu ante el Real Madrid. No llegó a fijarse fecha por lo que pudo disputarse este sábado o tendría que haberse jugado este domingo.

Pero al igual que sucedió ante el Barcelona y también contra Villarreal en la jonada 29 y Leganés en la 30, el campeonato se infectó por el virus y a día de hoy ningún organismo competente es capaz de vislumbrar cuándo, cómo y en qué condiciones podrá jugarse de nuevo. A lo que ya no se ha jugado hay que añadir que hasta el 26 de abril se mantiene la orden de confinamiento y por lo tanto hay que unir dos partidos más, el que debía disputarse ante el Athletic Club (22/4) y contra el Celta (26/4). Pero si atendemos a lo dicho por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ya anunció en su última intervención en el Congreso que seguramente deberá pedir otra nueva prórroga, la situación de paro total del balón se prolongará hasta el 10 de mayo, espacio de tiempo en el que deben jugarse los partidos contra el Atlético de Madrid (3/5) y Levante (10/5). Pero a partir de ahí y si esa última fecha, la del cinco de mayo, es la del final del confinamito y se permite a los equipos volver a los entrenamientos, será imprescindible hacer una pretemporada corta pero intensa porque en total los futbolistas habrán estado confinados prácticamente dos meses.

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De ahí que el pronóstico más optimista apunta a que la competición podría reanudarse la primera semana de junio y jugar todo junio y julio para resituar las jornadas que el virus interrumpió. Pero en estos momentos todo pronóstico es un ejercicio poco prudente de ‘futbolficción’ y más allá de los confinamientos planteados, visualizar el cuándo (la fecha), el cómo (a puerta cerrada o abierta) y la fórmula (partidos cada tres días o más espaciados) es elevar la especulación a la máxima potencia.

Por el momento el Mallorca, como el resto de equipos, tiene a sus futbolistas entrenando en sus domicilios y el club empieza a planterarse movimientos de cara al futuro desde el punto de vista económico en caso de que no se reanude la competición. Si bien el equipo balear es uno de los pocos clubes que todavía no ha aplicado ninguna rebaja salarial a sus futbolistas, no quedará otra que negociar un reajuste económico en con la plantilla el caso de que no se reanude la competición. Porque también este es un escenario real que nadie imagina, pero que no puede descartarse por completo. La virulencia del virus, su capacidad de propagación y la necesidad de contemporizar todo tipo de actos que puedan ayudar a promoverlo de nuevo, puede motivar que las autoridades sanitarias impidan el normal desarrollo de las competiciones incluso a puerta cerrada.

Por ahora nada está decidido y es precisamente esta incertidumbre la que mantiene en vilo a clubes como el Mallorca que, en posición de descenso, necesita que la Liga se reanude sí o sí.