Una acción del partido entre la Peña Deportiva y el Valladolid. | Marcelo Sastre

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Por poco. La Peña Deportiva rozó la sorpresa contra el Valladolid en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El equipo peñista cayó en la prórroga contra un equipo de Primera División que sudó la camiseta mucho más de lo esperado. Los peñistas se adelantaron en el marcador en la primera parte con un gol de Andrada, pero Míchel, en la segunda parte, forzó el tiempo extra de penalti. En ella, Roque Mesa completó la remontada, también de penalti. Luego, con los santaeularienses en inferioridad numérica por la expulsión de Colau, el propio Mesa y Óscar Plano dieron forma a un 1-4 que no refleja para nada lo visto en el terreno de juego.

Como era de esperar, el Valladolid dejó en el banquillo a varios de sus mejores hombres a pesar de llegar con bastantes bajas importantes al choque. Solamente cuatro repetían titularidad con re Con suplentes y algunos del filial, por parte vallisoletana, y un contendiente repleto de ilusión, por otro, las fuerzas se nivelaron más de lo normal, sobre todo en un campo de dimensiones pequeñas y de césped artificial como el de Santa Eulària.

Raúl Casañ apostó por la misma alineación que noqueó al Sabadell en la segunda ronda tras empatar sin goles y decidirse la eliminatoria en la tanda de penaltis. Solamente había una novedad con respecto a aquel once y por obligación, ya que Juancho, sustituido por Gilbert, se encuentra lesionado.

Con este panorama, en la batidora se encontraban los ingredientes habituales de las sorpresas coperas. Andrada se encargó de pulsar el botón de encendido al filo del cuarto de hora y subir el 1-0 al marcador. Tras una jugada guerrera de Miguelete por el costado izquierdo, Colau acabó pasando la pelota a la frontal, donde el lateral lanzó un chut ajustado al palo derecho de un Roberto que se quedó haciendo la estatua. Los peñistas mandaban en el electrónico. Increíble, pero cierto.

Zalazar se echó a los suyos a la espalda para buscar el empate. El mediapunta protagonizó las dos primeras aproximaciones de peligro de los blanquivioletas. Primero, se topó con Fran en un disparo escorado y, después, lanzó a las nubes desde la frontal.

El Valladolid se hizo por completo con la posesión del balón, pero la Peña, bien posicionada, aguantaba el tipo a las mil maravillas sobre el rectángulo de juego. Mientras cerraban espacios, los de la Villa del Río aguardaba su oportunidad a la contra o en alguna acción puntual. Gilbert tuvo una en un tiro desde la media luna del área, poco después de que Fran desviara a córner una falta directa botada por Hervías.

A Sergio González no le gustaba lo que veía y puso a calentar a dos de sus mejores futbolistas del banquillo a los 37 minutos: Roque Mesa y Óscar Plano. Los minutos pasaron con más pena que gloria y el marcador no sufrió cambios pese a que Colau intentó ampliar la ventaja con una volea al filo del descanso.

La segunda mitad arrancó con la entrada de los citados Mesa y Óscar por Orellana y Kike Pérez. Los vallisoletanos eran los dueños y señores del esférico, pero la Peña Deportiva seguía siendo un muro atrás. Su zaga salvó las tablas en una jugada embarullada a los diez minutos, pero el empate no se retrasó mucho. Pasado el cuarto de hora, un penalti claro de Fonda lo transformó Míchel, que superó a un Javi Seral que acababa de entrar por la lesión de Fran Martínez.

Raúl Casañ movió el banquillo para dar frescura a su equipo. Nacho y Andreu saltaron al campo en sustitución de Gilbert y Toni Jou. Poco a poco, los suyos resucitaron. Ya no eran la marioneta de antes y se asomaron con peligro en un par de acciones, ambas finalizadas por un Colau al que Roberto privó del gol.

El que sí metió la pelota en la portería y sin querer fue Weissman en el 81. Un disparo de Óscar Plano rebotó en él y el esférico cambió por completo de dirección para alojarse en el fondo de las mallas, pero el juez de línea levantó la bandera por fuera de juego y el tanto no subió a un marcador.

Cuando todo hacía indicar que se llegaría a la prórroga, una contra peñista estuvo a punto de evitarlo. Se marcó un jugadón individual por la banda izquierda y acabó pasando la pelota a Miguelete. El joven extremo no recibió el balón de la mejor forma y acabó perdiéndolo en el área mientras buscaba posición de disparo.

En el tiempo extra, los peores augurios se confirmaron. Un inocente penalti por una mano involuntaria, pero mano, de Antonio facilitó el segundo gol de los vallisoletanos. Roque Mesa asumió la responsabilidad desde los once metros y lo ejecutó a lo Panenka para completar la remontada. Los posteriores tantos del propio Mesa y Óscar Plano no hicieron más que enmascarar el pobre partido de un equipo de Primera ante una Peña que cayó con honores.