Lo hizo en su primera visita al Camp Nou y en su segundo duelo contra Messi. Como en el primero, en octavos de final del Mundial de Rusia, Mbappé logró salir fortalecido frente al argentino, brillar por encima del pedigrí del «10» de Rosario.
Mbappé pareció dejar al lado los complejos, la presión de tener que ser una estrella a toda costa, y en un PSG disminuido por las lesiones se echó a las espaldas al equipo para sacar a relucir todas las carencias de la defensa blaugrana.
Con su triplete en Barcelona, el primero de un rival desde que hace 23 años lo consiguiera el ucraniano Andrey Shevchenko, Mbappé demostró que no son exageradas las expectativas que pesan sobre sus hombros desde que comenzó a despuntar en Mónaco con 17 años.
El joven francés firma ya 9 goles en partidos de clasificación directa en la Liga de Campeones, pero hasta ahora solo había conseguido uno con la camiseta parisiense.
Los otros cinco los logró con el Mónaco en 2017, frente al Manchester City en octavos y ante el Dortmund en cuartos, dos duelos que colocaron sobre él los focos de medio continente.
RENOVAR CON EL PSG
Tras una dura reflexión, en la que su padre y representante estuvo sumergido en ofertas procedentes de todos los rincones, Mbappé apostó por París, una elección que algunos consideraron temporal y que, a falta de año y medio para el final de su contrato, alcanzó su momento álgido.
El jugador se apresuró a matizar que su triplete catalán no será más que un elemento suplementario en su reflexión entre seguir en el Parque de los Príncipes o iniciar una aventura nueva lejos de su hogar.
Pero la gesta del Camp Nou puede tener un doble efecto: el de hacer sentirse a Mbappé importante en un club en el que, a menudo, está a la sombra de Neymar; y el de convencer al club de que la joven estrella francesa es un pilar sobre la que edificar su proyecto.
En el primer caso, el jugador comprendió que el PSG es ahora un equipo capaz de competir contra los mejores. Aunque no atraviese su mejor momento, el Barcelona es uno de los grandes de Europa, de esos frente a los que, hasta ahora, el equipo francés patinaba.
Pero Mbappé demostró también que puede poner su calidad al servicio del equipo justo cuando las temporadas reparten sus premios. En cuatro temporadas Mbappé había logrado 15 goles con el PSG en Liga de Campeones, pero la mayor parte de ellos en el infructuoso invierno.
CAPITÁN O LUGARTENIENTE
Solo en 2019 consiguió un tanto en octavos contra el United en Old Trafford y entre finales de ese año y finales del pasado encadenó una preocupante sequía goleadora.
Este combustible alimentaba la duda sobre su personalidad, sobre si Mbappé era un capitán capaz de dirigir el barco o un mero lugarteniente.
En el Camp Nou despejó las dudas con un partido excelso, con tres goles en cuatro disparos a la meta de Marc André Ter Stegen, un 80 % de duelos ganados a sus rivales y nueve de sus 13 regates ganados a sus rivales blaugranas.
Su amenaza constante en la banda izquierda acabó por desquiciar a un Barcelona que se derrumbó como un castillo de naipes, dejando al alcance de su mano el pase a cuartos de final al PSG.
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