No me puedo creer que siga teniendo ilusión por el fútbol.
— Pues la tengo porque de lo contrario no jugaría. Mi último año debía ser el que jugué en el Ferriolense hace tres años, pero al final de la temporada me llamó Nico López y me volvió a liar. Y ahora sigo en el Rotlet y si las lesiones me respetan continuaré jugando, lo tengo claro. Seguiré hasta que el cuerpo aguante. Le digo que mi mujer está cansada y solo me pregunta a ver cuándo me retiro. Me voy por la tarde a entrenar, ella se queda con los niños, duchas, cenas y está un poco cansada. Le tengo que agradecer a ella su esfuerzo para que yo pueda jugar.
¿Apenas se ha lesionado?
— Nunca he sufrido ninguna grave. No me he roto muscularmante y en Inca sufrí una pubalgia, pero nada más. Eso ha sido lo más grave. De momento aguanto los noventa minutos de cada partido.
Me imagino que tirará de experiencia en los partidos.
— Eso está claro. Cuando tienes 23 años haces carreras absurdas durante los partidos y ahora con 39 las ves y no las haces. Gestionas mejor los esfuerzos.
¿Ha llegado a tener entrenadores menores que usted?
— De momento no, lo que sí tengo es un compañero que su padre tiene mi edad. Cuando me lo dije estuve a punto de irme a casa, ahí me lo pensé.
Tantos años jugando requieren de cuidarse mucho ¿Ha sido disciplinado en este sentido?
— De salir por la noche por ejemplo hace muchos años que estoy retirado y la alimentación la cuido, pero tengo suerte con la genética.
Usted tiene un gran historial en Segunda B. ¿Qué le faltó para dar el salto a Segunda?
— Yo he intentado aprovechar al máximo las oportunidades que he tenido. El año en el Levante hice la pretemporada con el primer equipo con Bernd Schuster de entrenador. Él contaba conmigo, entrenaba con ellos, pero no llegué a debutar. También Manolo Preciado me subía bastante a entrenar con ellos, pero no sabría decir. Yo siempre lo he dado todo, pero no se dio.
¿Qué entrenadores recuerda de forma especial?
— Francisco, que lo tuve en Badalona, fue el exjugador del Sevilla y el Espanyol. Con Nico López tengo una relación especial y recuerdo también los entrenamientos con Schuster. Ahí me pilló con 23 años y eso quieras o no siempre impone y no se olvida.
Cuenteme una escena vivida en un vestuario porque usted habrá visto de todo.
— Recuerdo especialmente una pelea en el vestuario entre Joan Vich y Florin Andone. Me hizo gracia porque hay que imaginar la situación, casi todos desnudos en las duchas intentando separar a uno y a otro. Ahora con el tiempo he de reconocer que fue algo cómico. En uno de los equipos de Segunda B un compañero se lió con la mujer de otro y hubo un poco de follón en el vestuario. Eso también lo recuerdo.
¿Suele dar consejos a los jóvenes?
— Mire, tengo la impresión de que soy casi más entrenador que jugador porque radío todo el partido, en todo momento, en cada jugada y algunos de los jóvenes te hacen caso y otros no. Las nuevas generaciones son complicadas de manejar. Cuidado con ellas.
En eso sí que ha cambiado el fútbol.
— Recuerdo cuando era juvenil y me llevó Nico al Constància a Tercera no podía decir ni pío porque decía algo y me caía una colleja del carajo y ahora te contestan, no te hacen caso, les dices que recojan los balones y te contestan que lo hagas tú. Hay que tener mucha paciencia.
Y ya que lo dice, ¿se ve de entrenador?
— Pues no me veo peleándome con estos chavales cada día.
¿Siempre ha sido titular?
— He tenido la suerte de que los entrenadores confiaran en mí.
¿Cómo le tentaron del Rotlet?
— Estuve con el entrenador Álex Calero en el Ferriolense y antes de pretemporada me llamó. Al final me decidí, estoy cerca de casa y dije me voy a echarle una mano y aquí estoy muy contento.
3 comentarios
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Rectifico apellido, Sánchez,,,,,!!!
Gran jugador y gran persona, no ha llegado a categorías superiores de las que ha estado por ser más sincero que la verdad!!! Grande Cristian Álvarez,,,,, ejemplo de disciplina y saber estar!!!