De asemejarse a un equipo invencible a ver con buenos ojos el parón obligado por el Mundial. El Real Madrid de Carlo Ancelotti pasó de la autoridad a la duda. En cuanto rebajó su potencial físico, instalado en un momento de incertidumbre en el que cuesta brillar. A dos puntos del Barcelona como mal menor a un bache de juego.
Ante la obligación de ganar para no ver distanciarse al Barcelona a cinco puntos, se esperaba una salida en tromba. Un último esfuerzo antes del parón. Nada más lejos de la realidad. Las fuerzas están muy justas. Y cualquier rival que tenga enfrente el Real Madrid siente sus posibilidades de hacerle daño. Lo sintió el Girona, que se llevó un punto de mérito del Santiago Bernabéu, el Rayo para asestarle su primera derrota liguera del curso con todo merecimiento y el Cádiz en el arranque.
Las buenas sensaciones del equipo de Sergio se estrellaron en el travesaño. Lo acarició con un zurdazo lejano el 'Pacha' Espino en la acción que avisaba a un Real Madrid con voluntad pero sin intensidad. Apagado. Sin el control del juego pese a su necesidad. Tan trabado como Vinícius, perdido en peleas contínuas, entrando al trapo de cualquier provocación, por pequeña que sea.
Le aleja al brasileño de su nivel o también puede ser la reacción con tintes de impotencia al verse alejado del jugador desequilibrante que es. Imposible mantenerlo cada partido con tres encuentros por semana. Se enzarzó en una discusión con Fali, que asestó un golpe feo a Rodrygo, cuando ya había protestado hasta una amarilla de manual a Militao por cortar un contragolpe. El Cádiz se sentía cómodo, sin apuros defensivos, y directo con el balón.
Apenas un disparo mordido blando de Rodrygo, que se ha ido apagando de nueve mientras aumenta el sentimiento de añoranza del madridismo de Benzema, antes de que, de la nada, el encuentro se decantase hacia el equipo blanco a cinco minutos del descanso. Con la rosca perfecta que convierte un centro en regalo de Kroos y el cabezazo a placer de Militao, libre de marca, con Sobrino y Fali rompiendo el fuera de juego.
Frenado el nerviosismo antes de que apareciese la ansiedad, el Real Madrid aumentó el dominio del partido desde la posesión. Aunque una perdida en inicio de jugada de Kroos provocó la parada de Courtois. Reaccionó con rapidez para tapar espacios a Sobrino y sacar una mano decisiva. Ese paso al frente del Cádiz tenía un claro riesgo, los espacios para Vinícius. Fue cuando el brasileño explotó su velocidad para sacar partido del contragolpe y crear una acción en la que Fede Valverde, tras pase de Lucas Vázquez, perdonó por la acción salvadora de Iza.
Aportó frescura la entrada de Lucas Vázquez desde el inicio, instalado en campo contrario con subidas continuas que hicieron daño al rival. Fue cuando llegó el tanto que parecía ser la sentencia. Enganchó Kroos con potencia un balón con la derecha imparable para Ledesma. Otro tanto desde fuera del área del equipo que más provecho saca.
Ante sí la oportunidad de ganar de nuevo un partido con tranquilidad que desaprovechó el Real Madrid porque Ledesma se lució ante el disparo en carrera de Vini que en un nuevo intento decidió regalar el gol a Modric pero el croata, con todo a su favor y a portería vacía, chutó fuera en un fallo sin igual en su carrera.
Cuando parecía todo sentenciado y Courtois se acercaba a su primera portería a cero en su décimo intento en Liga, el portero belga cometió un error a un disparo de Bongonda. El rechace lo colocó en la escuadra Lucas Pérez para meter picante al final. Con las fuerzas justas el equipo blanco, luchando hasta el final el Cádiz que lo intentó con un testarazo lejano de Negredo antes de acabar lamentándose en el minuto 93, cuando Lucas Pérez puso con calidad el balón picado a la cabeza del Pacha que, ante Courtois, remató arriba dejando escapar una gran oportunidad.
2 comentarios
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manu menorcaSi si, super nervioso. Vivos en todas las competiciones y a sólo 2 puntos del fc palancas. Nervioso?, creo que NO.
... Ancelotti está nervioso...