El presidente de la Federación, Luis Rubiales, durante la recepción de Sánchez a las campeonas del mundo. | Reuters - JUAN MEDINA

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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha insinuado la dimisión del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por el beso en la boca a la jugadora de la selección española de fútbol, Jenni Hermoso, al considerar que las disculpas dadas son «insuficientes» y que el dirigente «tiene que continuar dando pasos». «Lo que vimos fue un gesto inaceptable. Creo que las disculpas que ha dado no son suficientes, hasta incluso creo que no son adecuadas y que por tanto tiene que continuar dando pasos para aclarar lo que vimos todos», ha afirmado Sánchez en rueda de prensa en Moncloa tras la ronda de consultas con el Rey para la investidura.

A juicio de Sánchez, el comportamiento de Rubiales manifiesta «algo que en nuestro país queda mucho por recorrer».

A esta reacción al máximo nivel en nuestro país se le suma este mismo martes la de la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, quien ha calificado de «bochornosa» la actitud de Rubiales, y ha aplazado las posibles consecuencias que su gesto pueda provocar para no «ensombrecer» ahora el éxito deportivo de la selección femenina.

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«Un eje fundamental debe de ser el respeto a las mujeres y lo que vimos fue bochornoso pero quiero destacar lo que han conseguido», ha insistido Gamarra en rueda de prensa en el Congreso. La portavoz popular ha remarcado que estos días de «lo único» que se debería estar hablando es de la «gran gesta» que ha conseguido España al ganar su primer mundial de fútbol femenino y no sobre el beso que Rubiales le dio a la jugadora Jenni Hermoso durante la entrega de medallas en Sídney.

La portavoz 'popular' ha insistido en que el foco se tiene que centrar en las jugadoras, que se «conozcan» sus nombres y apellidos, por haber dado un «paso firme» hacia adelante para las próximas generaciones y por haber conseguido que mujeres y niñas se identifiquen con el logro de un mundial de fútbol.

Un vez pasadas la euforia y la celebración, Gamarra ha afirmado que ya habrá tiempo de analizar las consecuencias y las medidas que se puedan plantear a Rubiales «porque lo que no está bien hecho siempre tiene que tener consecuencias, sobre todo, si ha indignado a todo un país» y perjudica la «buena imagen» de España. Además, ha recordado que todos los responsables institucionales, tanto públicos como privados, han de tener un deber de ejemplaridad, que incluye el respeto a las mujeres.