Este lunes se apagó la llama de Evaristo Carrió Caballero a la edad de 88 años. Entrenador de fútbol de una gran experiencia en los banquillos, los aficionados más veteranos al fútbol balear lo recordarán por su paso por equipos de las Illes como el SD Ibiza (temporada 75/76); Penya Deportiva, más recientemente (93/94), pero sobre todo por su paso por el Poblense, club al que dirigió por espacio de tres temporadas, de la 95/86 a la 87/88.
La primera de Evaristo en el banquillo de sa Pobla era la cuarta del conjunto azulgrana en Segunda División B. Esa campaña la Federación había decidió unificar todos los grupos de Segunda B en uno para tratar de dar un nuevo empuje a la categoría lo que obligaba a quien quisiera mantenerse a tener que clasificarse entre los siete primeros. El resto bajaría a Tercera División.
Las temporadas anteriores, tal y como recuerdan los periodistas Joan Payeras y Joan Llabrés en su libro ‘80 años de fútbol en sa Pobla’, «el Poblense, que con muchas dificultades había conseguido la permanencia las tres temporadas anteriores, y que no había superado la zona media-baja de la tabla, la empresa se presentaba como otro sueño poco menos que difícil de lograr. Como una auténtica odisea de difícil consecución».
La directiva contrató a Evaristo Carrió, que había consolidado su labor en los banquillos en infinidad de equipos, entre ellos el Elche en Segunda A, pero con una larga trayectoria en la categoría de bronce con equipos como el Alicante, Gimnàstic, Tortosa, Compostela, Ceuta o Levante. Se incorporaron jugadores como Mateo, Davó, Andrés, Txomi, Javier y Lolo. Uno de los que estuvo a sus órdenes fue el actual presidente, Miquel Molondro, que esos años empezaba a despuntar como un guardameta de gran talento y calidad.
Martí Munar, todo un histórico del fútbol en sa Pobla y un clásico del balompié balear recordaba ese año tan importante en sa Pobla. «La restructuración obligaba a llevar a cabo una temporada muy buena para no descender y el Poblense lo consiguió logrando la mejor clasificación en Segunda B».
Ese año el Poblense con Evaristo Carrió y una gran plantilla brilló con luz propia, pero era necesario más que eso ya que había que quedar entre los siete primeros. El domingo 18 de mayo de 1986 el Poblense ganó al Granada por dos goles a uno y consumó la permanencia. Fue una de las grandes gestas del equipo azulgrana que todavía hoy se recuerdan.
La temporada siguiente Evaristo entrenó oficialmente ocho partidos y fue sustituido por Roberto Álvarez, pero regresó al banquillo pocas semanas después para seguir dirigiendo al equipo, aunque federativamente no podía constar ya que había sido despedido con anterioridad. Su última temporada la dirigió al completo. Sin duda fue uno de los grandes entrenadores que han pasado y dado lustre al histórico banquillo del Poblense.
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