Juana Camilión posa con la bandera de Baleares y la plata olímpica tras la final de baloncesto 3x3 de los Juegos de París. | F.F.

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Días como el 5 de agosto de 2024 sólo ocurren una vez en la vida. Eso lo sabe bien Juana Camilión Cúccaro (Mar del Plata, Argentina, 1999). La primera medallista balear en los Juegos Olímpicos de París 2024, la quinta mujer de las islas en subir a un podio, todavía está en una nube. Su nombre ya figura en la historia del deporte español tras la plata lograda junto a la selección de baloncesto 3x3 al caer en la final, de forma ajustada (17-16) ante Alemania. Ahora, espera que este éxito tenga continuidad y quiere disfrutarlo con los suyos y todos los que han brindado su apoyo y cariño a la baloncestista del Molinar.

Se han llevado una histórica medalla de plata, pero el oro estuvo bien cerca.
-Estuvo muy cerca, la verdad... Pero esto nos sabe a oro, porque no lo podíamos imaginar. Es verdad que nosotras queríamos llegar lo más lejos posible aquí, pero mucha gente no confiaba en nosotras o no pensaba que pudiéramos llegar tan lejos. Por eso, por todo el camino que hemos hecho, por la experiencia y por cómo hemos jugado el torneo, esto es como un oro.

¿Cuántas emociones ha sentido entre la victoria ante Estados Unidos y toda una final olímpica?
-Estados Unidos era un equipo duro y no quedaba otra que ganarle para hacer medalla. Nos centramos, les pudimos ganar y luego sacaron el bronce, pero nosotras sabíamos que la dificultad de un rival así y luego nos tocó Alemania en la final, que ha demostrado ser la mejor durante la fase regular y por eso ha estado en la final. Ha sido un partido para competir, sabiendo que estaba en juego el oro, pero lo queríamos disfrutar porque, daba igual, ganásemos o perdiésemos, ya teníamos la medalla y eso lo ha hecho increíble. Hasta que Sandra (Ygueravide) no anotó el tiro libre en las semifinales no lo he creído. Yo estaba en el banquillo, rezando. Sabía que los iba a meter, pero no sabía qué hacer cuando lo metiera. Había muchas emociones.

Camilión muestra su medalla de plata en La Concorde. Foto: F.F.

Es la culminación de un camino singular: clasificación con canasta de espaldas, cuádruple empate, semifinal al límite...
-Es el final perfecto. Por todo lo que hemos pasado, desde la clasificación, partidos ajustados, el cuádruple empate... Yo llevo dos veranos, pero Vega (Gimeno) y Sandra (Ygueravide) llevan muchísimos más, y para este ciclo supone un final espectacular y que España esté en un podio olímpico, con una medalla, es inexplicable. Hay mucho trabajo detrás, nos lo hemos currado. Ha habido una mano mágica que nos ha puesto aquí y sólo podemos estar agradecidas. Es el final soñado para una bonita historia, sin duda.

¿Qué se siente al saber que va a subir al podio en unos Juegos?
-¿Qué se siente? De todo... Ganando la semifinal, te quitas un peso de encima, es como que ya puedes respirar, pero cuando te cuelgan la medalla te vienen muchas emociones a la vez: alegría, euforia, no sé. Es algo increíble. La final la he disfrutado porque ya teníamos la medalla. El primer objetivo era pasar de grupos, y ganar la semifinal era un alivio, te quitabas una presión enorme que hubieras traspasado al partido por el bronce. Pero queríamos ganar compitiendo. No ha podido ser, pero estamos igual que contentas e ilusionadas.

Juana Camilión exhibiendo su medalla de plata olímpica. Foto F.F.

¿Debe tener más recorrido y catapultar a esta modalidad su éxito?
-Esperemos que sirva para que el baloncesto 3x3 explote en España. Nos han dicho que ha tenido un gran seguimiento y lo hemos notado en las redes sociales. Ojalá que ayude. Ahora, Gracia (Alonso) y yo cogemos el legado de Vega y Sandra, que han dejado el listón alto, y hay que seguir trabajando para seguir adelante, que este resultado no se quede aquí.

¿Qué es lo que tiene de diferente el 3x3?
-Es totalmente diferente. Es emocionante, en diez minutos tienes que darlo todo. Es euforia, adrenalina... disfrute, el ambiente. Si pudiera dedicarme a esto, sería genial.

No ha estado sola. En París, desde Argentina y en el Molinar se han volcado con Juana y con el equipo.
-Tener a mi familia aquí ha sido increíble, especialmente la que ha venido desde Argentina y se ha recorrido medio mundo para apoyarme. Sólo tengo palabras de agradecimiento. Y también a los que están allí, he sentido mucho cariño desde todas las partes. También en el Molinar la gente se ha movido, han puesto la pantalla y ese apoyo lo agradezco también de manera especial.

El baloncesto es el deporte que más medallas olímpicas ha dado a Baleares: Rudy, Llull, Abrines, Alba... y Juana. ¿Suena fuerte?
-Suena muy fuerte. Jamás lo hubiera imaginado. Es un honor poder estar ahí, junto a grandes deportistas que han sido y son estrellas del baloncesto mundial, estar a su nivel, siendo todos medallistas olímpicos para Baleares.

¿Le va a cambiar la vida este resultado para la historia?
-Yo voy a seguir siendo la misma Juana, no va a cambiar, pero ya puedo decir que he ganado una medalla olímpica, no me lo creo. Te lo digo y todavía no me lo creo, mi cerebro no lo procesa. Hasta que no pase un tiempo, esté en casa y lo piense, no seré consciente.