Momento del desalojo de los periodistas de la sala de prensa de La Concorde. | F.F.
Raro era que, tras semana y media larga de Juegos no hubiera pasado nada. Cuando algunos no habíamos acabado de cantar y contar la clasificación de España y de Juana Camilión para la final olímpica de baloncesto 3x3, un extraño mensaje por megafonía que sólo entendieron los francófonos nos dejó descolocados. Inmediatamente, la gente empezó a levantarse, mientras los periodistas españoles nos preguntábamos qué estaba pasando. Salimos de dudas enseguida, cuando los responsables de la sala de prensa de La Concorde y la policía nos obligaron a salir y rápido. Y ya, en la calle, donde muchos improvisábamos para poder seguir escribiendo o transmitiendo, nos enviaron más lejos, a la zona de competición. Una mochila, un bulto sospechoso que nadie reclamaba, generó la alarma. Por fortuna, quedó en eso...
1 comentario
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Para bulto sospechoso es que tengo yo aqui