El 'milagro' del Real Club Náutico del Port de Pollença: tres medallistas olímpicos en dos deportes

Porque hasta allí viajará una de las medallas baleares y españolas en estos Juegos de París. La segunda en la cuenta del historial isleño. Un bronce, el de Joan Toni Moreno en C2 500 metros -formando pareja con Diego Domínguez- forjado y criado en ese rincón de Mallorca y tras la estela de su antecesor en este particular 'Hall of fame' del Náutico del Port de Pollença. Es la culminación del trabajo que desde hace muchos años desarrolla el club de la mano de su técnico, Kiko Martín, convirtiéndole en una referencia dentro de la canoa internacional para llegar, además, a ser responsable del equipo español, instalado actualmente en la base fija de Alcúdia y bajo su tutela.

Moreno y su bronce ratifican la apuesta realizada de inicio y tiempo atrás con Sete Benavides, también tercer clasificado, pero en su caso en C1 200 metros en los Juegos de Londres 2012. Un triunfo y un podio que no pudo saborear en directo ya que fue reasignada su medalla por el positivo por dopaje del lituano Shuklin, siéndole entregada nueve años después en la sede del COE. Pero el de Sete (cuarto y diploma también en Río 2016 en C1 200) será, cronológicamente, el primero de los cinco metales del piragüismo balear. Y el de Moreno, el relevo y legado de su ahora entrenador junto a Kiko Martín.

Pero hay que remontarse a hace casi tres décadas, a los Juegos de Atlanta 1996, para encontrar el primero y mayor éxito olímpico del RCNPP. Fue en vela en este caso y en la clase Tornado. Allí, junto al canario Fernando León y en su segunda participación olímpica, el regatista José Luis 'Pepote' Ballester se alzaba con la medalla de oro en la clase Tornado, la segunda consecutiva para la vela balear tras el oro de Jordi Calafat en 470 en Barcelona 92, donde debutó 'Pepote' para repetir en Sydney 2000.

Esas tres medallas y una larga coleccion de metales en Mundiales, Europeos, Copas del Mundo y Campeonatos de España, tanto en vela como el piragüismo o pesca avalan la trayectoria del Real Club Náutico del Port de Pollença, cuya historia arranca en 1959 para constituirse como tal dos años después y sitúan con letras mayúsculas a esta población en el mapa olímpico español, protagonista de un bonito 'milagro' deportivo resultado de años de dedicación y trabajo. Un caso único por la variedad de recursos, pues cabe señalar que el Real Club Náutico de Portopetro puede presumir de las tres medallas del piragüista Marcus Cooper Walz; o el Real Club Náutico de Palma del bronce en Finn de Joan Cardona y el CMSAP del oro de Calafat. Pero tres medallistas diferentes en varias modalidades hacen más curiosa esta historia.