El piloto español Marc Márquez (Repsol Honda) tiene claro que por su «mentalidad» y por los resultados y éxitos en su carrera deportiva no tiene ya sentido «competir por competir», mientras que de cara al Mundial de este año espera saber en la primera carrera en Portugal de marzo «cuál es el cien por cien» de un brazo derecho que ha pasado por el quirófano en cuatro ocasiones en apenas dos años.
«Por mi mentalidad, si sigo compitiendo es porque veo posibilidades de conseguir buenos resultados y de que el trabajo tenga una compensación. Tal y como ha ido mi carrera deportiva, competir por competir, para rellenar la parrilla de salida, no tiene sentido para mí, no soy así», admite Márquez en una entrevista a la revista 'GQ' de la que es portada en su número de febrero.
El de Cervera reconoce que «llegó un momento en que el sufrimiento superaba a la pasión». «Me dije 'O le pongo remedio o no compensa seguir compitiendo' porque me estaba restando mucha calidad de vida, no sólo era fracaso tras fracaso, sino también un dolor constante, y el dolor me cambiaba el carácter, ya ni siquiera sonreía», confiesa.
El ocho veces campeón del mundo, que lleva un calvario con el hombro desde su caída en Jerez de la Frontera (Cádiz) en julio de 2020, ha aprendido que «si no cuidas tu cuerpo, no puedes practicar tu deporte». «Lo de Jerez ocurrió por culpa de mi mentalidad y mi ambición, pero todo lo que logré de 2013 a 2020 lo conseguí también por esa mentalidad y esa ambición, así que si coges los diez años en conjunto, la balanza está equilibrada», recalca.
Márquez logró volver en 2021 y fue capaz de ganar tres carreras, pero el dolor seguía ahí. «Ganaba y me ponía a llorar. A mí, lo que me sale cuando gano, es festejar, celebrar, reír con los míos, y entonces me salía al revés y era a causa del dolor que sufría constantemente en el brazo y que no podía olvidar», subraya el ilerdense.
El piloto del Repsol Honda sabía que tendría «dificultades» e intuía que sufriría «limitaciones». «Pero mi objetivo era volver a luchar por el Mundial», recalca sin esconder que la temporada pasada no tenía «la cabeza ni el físico en la competición». «Hay un momento que no puedo más y acudo a mis doctores de Madrid y les digo: 'Aquí pasa algo en este brazo, porque voy para atrás'. Es ahí cuando realmente empiezan a evaluarlo todo y ven que hay 34 grados de rotación en el húmero», relata.
Así, llegó el Gran Premio de Italia cuando días antes de la carrera le llamaron de la Clínica Mayo y le dijeron que se bajase de la moto porque habían confirmado que esos 34 grados de rotación y era «es inhumano». «Siempre me habían dicho que más de 20 grados era ya una exageración y había 34. Pensándolo ahora, digo: 'Hostia, estás yendo a 350 km/h con la cabeza en otro sitio, con la cabeza en que la siguiente semana ya te vas a operar'», apunta el español, que corrió esa cita par después volver a pasar por el quirófano por cuarta vez.
En este sentido, recuerda que su abuelo le aconsejó que lo dejara porque ya tenía «suficiente para vivir», pero el de Cervera le prometió que en el húmero iba a ser «la última operación» y que le dejase «probar». Y una vez operado le dijo al doctor: «Mira, soy un animal salvaje al que tienes ahora mismo dentro de una jaula. Cuando la abras, voy a salir corriendo, así que ábrela sólo cuando me veas listo, cuando sepas que no va a haber riesgo».
"en portugal sabré cuál es el cien por cien de este brazo"
«Él lo entendió y me dijo: 'Pues tres meses quieto'. Se lo pedí así porque ya había vivido la experiencia de precipitarme, y si el doctor me dice que al mes o al mes y medio puedo probar la moto, sé que me voy a ir a probarla», añade Márquez.
Ahora, de cara a 2023, tiene como objetivo el Gran Premio de Portugal que abrirá el Mundial en marzo. «Entonces sabré cuál es el cien por cien de este brazo, que obviamente no será el cien por cien de un brazo completamente sano, pero hay que llegar al punto de que sea un brazo funcional y perfecto para montar en moto. Creo que vamos a llegar, porque noto que va mucho mejor», celebra.
Finalmente, el catalán habla 'All in', el documental sobre su figura que estrenará 'Prime Video' en febrero y donde cree que al abrirse «tanto» ha podido correr «un cierto riesgo como piloto en activo porque expones todos tus miedos y tus dudas a los rivales». «Puedes ver cómo un deportista que había tenido hasta ese momento una carrera idílica de golpe está en un momento difícil y con la retirada pasándose por su cabeza durante todo un año», explica.
Y una de las cosas que se podrá ver en la pieza será lo sucedido en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana donde se proclamó campeón Jorge Lorenzo (Yamaha) y después de todo lo sucedido con Valentino Rossi (Yamaha) semanas antes en Sepang (Malasia).
El ocho veces campeón del mundo aclara que no reconoce en el documental «abiertamente» que no quisiera adelantar al balear para favorecer al italiano, con el que mantenía ya una agria polémica. «No es que no quisiera adelantarlo, pero adelantarlo significaba correr un riesgo muy grande», puntualiza.
«Lo que reconozco abiertamente y explico, es lo que viví esas semanas. La gente me pregunta muchas veces qué cambiaría de ese 2015 y creo que lo que cambiaría es la forma en que Valentino gestionó el final del año. Cuando no eres el más rápido en pista buscas revolver las cosas para ver que puedes 'pescar'», sentencia.
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