El nadador ‘solleric’ Joan Lluís Pons se muestra exultante tras lograr el segundo puesto en su serie con el récord de España de 400 metros estilos. | Efe

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Joan Lluís Pons ya es un héroe. Ya es parte de la historia de la natación balear y española. Con 19 años, en su estreno olímpico y en la cita inaugural del programa del Estadio Acuático de Río, el primer deportista solleric en disputar unos Juegos reventó de nuevo el récord de España de los 400 metros estilos -como hiciera en los Campeonatos de España de primavera meses atrás- y se convierte en el segundo isleño que nada una final olímpica entre la euforia en Río de Janeiro y el éxtasis en Sóller y la piscina Antònia Real en Ciutat.

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El deportista del Club Natación Palma provocó inesperadamente el delirio en la piscina olímpica con una progresión brillante camino del ecuador de la segunda serie. Por marca, no entraba en los pronósticos como potencial finalista, pero Joanllu le echó ilusión, empeño y ganas para obtener una novena plaza que, tras la descalificación del alemán Heidtmann, le metía por la puerta grande y por méritos propios en la final olímpica de los 400 metros estilos, asegurando el primer diploma para la representación balear. Y, de paso, firmaba un crono de 4:13.55 que rebaja sustancialmente los 4:15.49 con los que se plantó en los Juegos y que le valieron el billete para Río de Janeiro.

La madrugada del domingo 7 de agosto de 2016 pasará a los anales del deporte mallorquín. Como lo hiciera aquel 22 de julio de 1980. En los Juegos de Moscú, el gran Rafael Escalas nadaba la final del 1.500 estilo libre, logrando una sexta plaza que sigue en los anales como el mejor resultado olímpico de siempre de un nadador mallorquín. Ahora, Joan Lluís Pons ha igualado la gesta de Escalas y se ha presentado al mundo como un potencial líder en la distancia.