Pepote Ballester pondrá fin después de los Juegos Olímpicos de
Sidney a una singladura plagada de éxitos. El mallorquín,
propietario de un mar de títulos en el que sobresalen el oro de
Atlanta y un campeonato del mundo, anunció ayer en el programa «Mon
Esportiu» de TeleNova su firme decisión de abandonar la vela de
competición después de los últimos Juegos del milenio.
«Cada cosa tiene su momento y pienso que después de Sidney será
la ocasión idónea para dejarlo, independientemente del resultado
que consigamos. Son muchos años de tensión, de presión por la
victoria y pienso que ha llegado el momento de plantearme nuevas
miras. Quiero tener un hijo, descansar un poco. En definitiva,
cambiar de vida», señaló ayer Ballester en el citado programa.
El regatista mallorquín comenzó a regatear en 1979, con su
participación en un campeonato de España. Desde esa fecha, ha
competido sin interrupción en la vela de élite construyendo un
currículum en el que no falta nada. En 1993 se produjo un momento
clave en su carrera al formar equipo con el canario Fernando León.
El tándem irrumpió con fuerza en las aguas internacionales y los
éxitos se sucedieron año tras año. Desde que en 1994 se proclamaron
campeones del mundo en Suecia, no ha habido temporada que se
saldara en blanco.
En 1996, los dos regatistas alcanzaron su mayor momento de
gloria al consumar un dominio incontestable en los Juegos Olímpicos
de Atlanta con una medalla de oro.
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