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El cuarto proyecto ya tiene todos sus nombres y apellidos. Bàsquet Inca ha cerrado la confección de su plantilla profesional con la contratación de Albert Carreras, un escolta procedente del Fórum Valladolid y que durante la recta final del curso anterior recaló en las filas del ascendido Breogán. El fichaje de Carreras ultima un equipo con argumentos, centímetros, kilos, un banquillo profundo y algo de talento, y responde a la apuesta más ambiciosa que se ha gestado en los despachos del club mallorquín. Tres años perdedores son demasiados y el plan de enmienda se ha trazado renunciando a cualquier pasado. La revolución ha sido absoluta. Sólo Israel Pampín ha sobrevivido al cambio de fisonomía total que ha experimentado el primer equipo inquense, que también ha agotado el ciclo de Alberto Alzamora. El mallorquín ha regresado a la ACB, pero Paco Olmos había firmado a dos jugadores en su posición "Nacho Yañez y Roman Rubchenko", circunstancia que delata la pérdida de protagonismo de un jugador básico durante las últimas temporadas.

Olmos, que el pasado miércoles abrió la pretemporada con siete jugadores, espera disponer de todo su armamento el martes. Esta mañana debe llegar a la Isla el comunitario Karim Owattara, un pívot de 2.10 metros de altura y llamado a ser un jugador importante en el nuevo Bàsquet Inca, mientras que dentro de 24 horas deben hacerlo el internacional ucraniano Rubchenko "otra de las apuestas más interesantes" y el estadounidense Jeff Chambers.

El grupo de Paco Olmos mostrará sus credenciales el 20 de agosto en Maó, escenario del primer amistoso de los cinco partidos que disputará el cuadro inquense antes del estreno oficial. Una estancia de tres días en la península con partidos ante Lucentum Alicante, Murcia y Calpe "del 26 al 29" y un nuevo encuentro ante el Menorca Bàsquet, esta vez en el Palau d'Esports el 3 de septiembre, completarán la puesta a punto de un Bàsquet Inca que ha redactado el discurso más ambicioso que se recuerda.