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EFE-ALEMANIA
El irlandés Eddie Irvine (Ferrari F399) ha logrado su segunda victoria consecutiva en una semana y pasa a encabezar la clasificación del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno, al imponerse ayer tarde en el Gran Premio de Alemania, y como hace una semana en Austria, lo logró gracias en gran parte a los errores de la escudería rival McLaren-Mercedes.

Marc Gené (Minardi M01 Ford) acabó la carrera en novena posición, en la misma vuelta que el vencedor; mientras que Pedro de la Rosa (Arrows A20) tuvo que abandonar a ocho vueltas del final, cuando era décimo, al salirse de la pista al final de la recta de meta.

El finlandés Mika Hakkinen (McLaren MP4/14 Mercedes) había comenzado dominando la carrera desde su primer puesto de la formación de salida, controlaba con facilidad a Salo, y el alemán Heinz-Harald Frentzen (Jordan 199 Mugen-Honda) hacía lo propio con Irvine, mientras que el británico David Coulthard (McLaren MP4/14 Mercedes) comenzaba su, de nuevo, poco afortunada jornada con una mala salida y un intento fallido de adelantar a Salo, en el que rompió el alerón delantero y esto le costó una sanción posterior de diez segundos en boxes por conducción antideportiva.

Cumplida la mitad de carrera, nada hacía pensar que Irvine pudiera ganarla; pero la carrera iba a dar un cambio radical entre las vueltas 21 y 24 de las 45 de que constaba la prueba, cuando los hombres de cabeza comenzaron a repostar y cambiar neumáticos.

Irvine había logrado superar a boxes a Frentzen y se situaba detrás de Salo, los tres rodando en un pañuelo; pero el golpe de escena se produjo con la parada de Hakkinen, cuando la manguera para suministrar el carburante no funcionó correctamente y eso duplicó el tiempo de su parada y lo relegó al cuarto puesto.

Salo cedió su puesto a Irvine, Hakkinen adelantó a Frentzen y cuando iniciaba la caza de los Ferrari el neumático trasero izquierdo le explotó en la recta que da acceso al estadio y tras dar varios trompos terminó estrellándose frontalmente contra las protecciones, sin que sufriera daños físicos.

A partir de ese momento la única amenaza para los Ferrari fue la de Heinz-Harald Frentzen, pero el alemán no logró impedir el doblete inesperado de Ferrari, que da a Irvine el liderato del mundial con 8 puntos de ventaja sobre Hakkinen.