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No necesita un concierto para que sus cuerdas vocales den espectáculo. A Germán Burgos le bastó ayer hablar, sin pronunciar una palabra más alta que otra, para convertirse en el protagonista estelar de la jornada. Encolerizado por una rotura fibrilar en el gemelo de su pierna derecha, el guardameta argentino no dudó en calificar de «ineptos» a los servicios médicos del club. Teniendo en cuenta que Burgos exculpó al fisioterapeuta Joan Antoni Martorell y al masajista Jaume Pedrós, todo el peso de las críticas recayó en una sola persona: el médico de la entidad, Joan Roig. «He venido dos veces a ver al doctor pero no ha aparecido.

Creo que en el tema médico los jugadores de este club estamos muy solos. Si ustedes "dijo Burgos a la prensa" ven al médico, díganle que estoy en el Valparaíso». Autodescartado para el encuentro de hoy y para jugar con la selección argentina, el guardameta se quejó de la falta de atención que ha recibido desde que se lesionó el pasado sábado, en el encuentro ante el Real Madrid. Las declaraciones de Burgos fueron minimizadas por el técnico Mario Gómez, quien, a su llegada a Madrid, se limitó a entender que el jugado esté molesto «porque quiere jugar y no puede», debido a su lesión.

El técnico comentó que a Burgos le gustaría participar con el equipo para mejorar las cosas, pero que debido a su desgarre muscular le será imposible salir al terreno de juego hasta su recuperación y, «evidentemente tampoco acudirá a formar parte de la selección argentina», terminó diciendo el entrenador.