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Karim Ouattara figura desde hace un buen puñado de semanas en la lista negra de Paco Olmos. El jugador nacido en Bondouku (Costa de Marfil) no entra en los planes del técnico valenciano, quien días atrás consensuó su despido con el órgano ejecutivo del Bàsquet Inca. Ouattara, que posee pasaporte comunitario, apenas ha gozado de minutos durante la pretemporada, pero su trabajo diario parace haber sido suficiente para que Olmos dictara sentencia y solicitara su salida del plantel profesional. La directiva recibió el informe y asumió la petición del entrenador en el el transcurso su reunión del pasado 30 de agosto; aunque pasó por alto un detalle importante: Ouattara tiene contrato garantizado hasta el mes de mayo y era imprescindible negociar.

José Ortiz, agente en España del jugador con más centímetros del equipo inquense "2.10 metros de altura" y también del vallisoletano Luis Carreras, despedido del Bàsquet Inca a las primeras de cambio y sustituido en menos de 24 horas por Luis Merino, se limitó a remitirse al contrato suscrito a finales del mes de julio "225.000 pesetas mensuales" y recomendó al club conceder al jugador un margen de confianza más amplio.

El Básquet Inca se encontró en un callejón sin salida. Dilapidaba más de dos millones de pesetas en la rescisión del contrato e invertía una cantidad muy similar en un recambio nacional o comunitario, lo que encarecía sobremanera la operación "alguno puso sobre la mesa el nombre de Vasilis Lanes" o mantenía a Karim Ouattara.

Curiósamente y antes de plantearse la disyuntiva, la totalidad de la plana mayor del Bàsquet Inca dió por hecho el despido de Ouattara y la maniobra no tardó en ser de dominio público. Sólo faltaba comunicar la determinación al jugador. La posterior negativa de José Ortiz fue el inicio de una gran mentira. El primer movimiento del club para ocultar el caso Ouattara fue remitir una nota a los medios de comunicación en la que se desmentía una decisión que había adoptado por unaminidad, cuando los acontecimientos aconsejaban reconocer un error impropio de un club profesional.