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TOMEU TERRASA/MIQUEL ALZAMORA El Real Mallorca vuelve esta noche al concierto europeo después de sufrir ante el Molde un antológico tropiezo. Los rojillos se despidieron de las riquezas de la Champions y rebotaron en una recién creada UEFA Cup que da albergue a una gran puñado de equipos de nivel entremezclados con otros desconocidos. Este no es precisamente el caso del Mallorca, que el año pasado jugó la Recopa, ni tampoco de su rival, el Sigma Olomouc que acumula ya un total de cuatro participaciones en la Copa de la UEFA.

Los mallorquinistas aseguran haber superado el trauma que supuso en su momento el borrar de un plumazo el nombre de Real Mallorca de entre los 32 mejores equipos de Europa y centran todas sus fuerzas en intentar sobrevivir con dignidad y hasta donde el destino indique en la UEFA CUP. Los de Fernando Vázquez afrontan el choque con la vitola de favoritos pero la experiencia en este sentido no es del todo positiva ya que también ante los noruegos eran los claros favoritos aunque al final los papeles se intercambiaron de manera espectacular.

La victoria ante el Numancia ha motivado que todos los futbolistas recobren fuerzas y sobre todo confianza en sus propias posibilidades. El encuentro ante los sorianos dejó patente que este equipo sabe defender como el año pasado, que es capaz de crear y que también tiene pegada.

Los jugadores destacan precisamente que la confianza ha aumentado pero esta confianza hay que saber manejarla ante un rival no excesivamente técnico y que basa su juego a la contra y la fuerza física para intentar sacar adelante los partidos. No obstante el equipo balear se encontrará en frente a un rival cuya trayectoria en su liga particular no puede ser más desastrosa. Tras cinco partidos disputados en su campeonato, el Sigma sólo ha logrado situarse en la penúltima posición y la moral del grupo que dirige, Dan Matuska, está tocada ya que su equipo perdió la pasada jornada en su casa ante uno de los equipos mediocres de la Liga checa.