El Mallorca vive su noche más negra en la Copa de la UEFA

4 GALATASARAY: Tafarell; Kormaz, Capone, Belozoglu, Erdem, Boruk (Ahmet, m. 90), Kaya, Umit, Hagi (Sas, m. 87), Penbe y Sukur (Dos Santos, m. 87).
GOLES: 0-1, minuto 44: Arif, de volea desde el borde del área, por encima de Leo Franco.
0-2, minuto 48: Emre, de vaselina, tras un buen control.
0-3, minuto 58: Hakan Sukur, sobrepasando por arriba a Leo Franco.
0-4, minuto 65: Okan, al superar en la salida al cancerbero argentino.
1-4, minuto 78: Lauren, desde cerca coloca el balón al lado del poste.
ARBITRO: Dick Jol (Holanda). Amonestó a Sukur, Buruk y Kaya, del Galatasaray y a Lauren, Carlos y Armando del Mallorca.
INCIDENCIAS: Partido de ida de los cuartos de final de la Copa de la UEFA disputado en el estadio Son Moix ante unos 18.000 espectadores, de ellos, unos 1.000 seguidores del Galatasaray. Los aficionados turcos estuvieron estrechamente vigilados por la policía. Al finalizar la primera parte, Paco Sanz y Hagi intercambiaron golpes e insultos. Terreno de juego en perfectas condiciones para la práctica del fútbol. El partido fue retransmitido en directo por la primera cadena de TVE.

TOMEU TERRASA
Uno a cuatro y eliminatoria sentenciada. El Galatasaray ejerció de equipo grande y fue toda una apisonadora sobre el verde de Son Moix. Impotencia frente a efectividad, inocencia frente a experiencia. Los turcos sentenciaron en Palma y saborean ya el pase a las semifinales. La de ayer fue una de las noches más tristes de la entidad "después de Molde" y los rojillos mostraron su peor cara a toda Europa.

En la primera parte el tratado de intenciones del conjunto turco quedó rápidamente en evidencia. Fatih Therim salió a por el partido desde el primer instante renunciando de su condición de visitante y saliendo descaradamente a por el gol.

Gica Hagi llevaba la batuta en defensa, en la zona de creación y en la delantera. El ex futbolista del Barcelona y del Real Madrid abanderaba el ataque visitante que poco a poco iba metiendo a los rojillos en su propio campo. Los de Vázquez se veían superados por la situación y los turcos intentaban desbordar por cualquier zona. Hasta casi el minuto veintidós el Mallorca no reaccionaba y le costaba mucho frenar las internadas rivales. Hasta ese momento Franco tuvo que intervenir a disparos de Hagi, Sukur y Arif. Por su parte el balance rojillo hasta ese momento se resume en un pase de la muerte de Carlos hacia Diego que no pudo finalizar y en un certero cabezazo de Jovan que atajó Taffarel.

En el ecuador del primer tiempo los de Vázquez empezaron a reaccionar y Engonga y Lauren capitaneaban el juego ofensivo local. El Mallorca resurgía y se imponía poco a poco al Galatasaray. Los turcos en estos momentos echaron mano de su experiencia y empezaron a detener una y otra vez el partido. Las faltas eran constantes así como las protestas al árbitro y los rifirafes entre futbolistas. Sin embargo el conjunto mallorquinista seguía apretando y Carlos tuvo la mejor opción de marcar al disparar con intención desde el punto de penalti una bola centrada por Engonga. No obstante el fútbol no es una ciencia matemática y el que mejor juega en ocasiones no suele marcar y así ocurrió. Al límite del primer tiempo Arif envió una vaselina por encima de Franco que estaba adelantado y nada pudo hacer para atajar el esférico. Con el cero a uno se cerró el primer tiempo. En la reanudación las cosas empeoraron ya que el Galatasaray amplió el marcador. Fue Emre quien, otra vez de vaselina, envió una pelota medida al segundo palo, encontró a Franco un pelo adelantado y enchufó el segundo.

La noche empezó a vestirse de drama. Con el cero a dos la moral de los rojillos se situó a ras de césped y los turcos se mostraban más y más seguros. Fruto de este polo opuesto de sensaciones, llegó el tercero del Galatasaray. Sukur recibió una pelota colgada al borde del área, Siviero falla en su intención de rematar y el ariete turco, otra vez de Baselina, sitúa el cero a tres. Con el Mallorca entregado, Sukur hizo el cuarto tras regatear a Franco. Al final Lauren marcó el gol del honor que de poco o nada sirve. Ahora espera, más que nunca, el infierno turco.