Drac Inca fulmina al Murcia y certifica su acceso a los playoffs

ALBERT ORFILA
Seis nacionales y algo más de dos mil almas consumaron una misión que atenta contra cualquier supuesto regido por parámetros lógicos. Drac Inca fulminó al Murcia y certificó su acceso a los playoffs de clasificación en una función donde el orgullo y el manual de Olmos dejaron mudo a un equipo fabricado para el ascenso. Con su armamento sensiblemente dañado "el cuadro mallorquín afrontó el duelo sin extranjeros", Rafa Monclova decidió hablar alto y el resto de sus compañeros interpretar un guión extraordinario. La figura del base andaluz emergió por encima de cualquier jugador que pisó el Palau "40 minutos en pista y 32 puntos", aunque el legado que cosió el Inca también merece algo más de pluralidad, máxime cuando se adueñó de un reto casi imposible.

De hecho, si gran parte de éxito las opciones del cuadro mallorquín ante un rival sobrado de kilos y centímetros pasaban por oponer resistencia dentro de la pintura, el trabajo de Gonzalo Fernández y Dani Merchán merece una consideración especial. La pareja interior del Inca miniaturizó cualquier movimiento de Flores. Marvin Alexander, Nico Fernández, Javi González y Javi Velázquez, toda la experimentada nómina de pivots que utilizó el técnico visitante fracasó ante esta pequeña sociedad. Sentado un principio de autoridad en el rebote, el Inca no tuvo demasiados problemas para imponer su criterio y aferrarse a la muñeca de Monclova desde el nacimiento del partido (27-19 en el primer cuarto). Yáñez también produjo mucho en ataque (18 puntos) y el único cabo suelto del Inca se llamaba Rod Mason.

El estadounidense, que cerró el primer tiempo con 17 puntos en su hoja de servicios, fue quien mantuvo a flote al Murcia durante un buen tramo del partido, pero Olmos no tardó en mover pieza. Felipe García suplió a Luis Merino y Rod Mason dejó de ser un problema. Forjada a base de defensa y criterio en ataque una renta de 10 puntos, Drac Inca supo esta vez solventar una de sus grandes asignaturas pendientes y su baloncesto adquirió un equilibrio sólo alterado en el tercer cuarto. Un cambio a zona imbuyó a los de Olmos en un pequeño atasco que se tradujo en un parcial de 2-11 que acabó volteando el marcador (42-43). Pero el Inca, siempre entero, respondió de forma letal. Tres triples prácticamente consecutivos (55-43) dejaron las cosas en su sitio y al Murcia herido de muerte.