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Los españoles Juan Carlos Ferrero, que demostró haber pasado del estadio de promesa al de realidad, y el mallorquín Carlos Moyá, quien va a más en cada partido, alcanzaron los cuartos de final del torneo Seat Godó, en una jornada en la que brilló especialmente el ecuatoriano Nicolás Lapentti. También se clasificaron para los cuartos de final, el chileno Marcelo Ríos (rival de Ferrero), el ruso Marat Safin (Lapentti) y el alemán Tommy Haas (Moyá). Moyá no tuvo que jugar al límite del partido, los tres sets, como los dos primeros días, pero si apuró ante un duro rival como el suizo Marc Rosset. El mallorqun juega mejor con el paso de los partidos, pero tiene lagunas de concentración. En el primer set impuso su buen drive, pero no pudo contrarrestar nunca el magnífico servicio del suizo. Total, la resolución se produjo en la muerte súbita que ganó Moyá por 7-4.

En la segunda manga, la historia se repitió. Ninguno de los dos jugadores cedió su servicio, como ya había ocurrido en el primer set, y también se tuvo que jugar un «tie break» en el que de nuevo Moyá impuso su acierto en el juego desde el fondo (7-2).

A Ferrero tampoco le tiembla el pulso a la hora de la verdad. Le da igual si se mide a un joven compañero, como le ocurrió ante Fernando Vicente, que hoy cuando se encerró en la central con un experimentado Fabrice Santoro, a quien dio muestras de su innegable talento. El de Onteniente, en su segunda participación en el Godó, ya ha mejorado los octavos de final que consiguió en la pasada edición, pero lo ilusionante de su tenis es la expectativa que crea con la posibilidad de encaramarse cada día un poco más arriba en el escalafón.