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El enésimo proyecto tiene buena pinta, fundamentalmente por el grado de profesionalidad que se le ha inyectado. Una vez más, nada en Inca permite rememorar el pasado más reciente. Plantilla completamente remozada "Luis Merino es el único superviviente del proyecto Olmos" y un objetivo fijado a medio plazo. No obstante, el nuevo Inca exhibe un rasgo tan novedososo como interesante. El presidente Penya ha decidido revisar el discurso en su totalidad, de arriba a abajo, y ha optado por dotar a la entidad de una infraestructura sólo equiparable a los clubes más importantes del mapa LEB.

José Antonio Artigas Loma es uno de las referencias más significativas del nuevo tratado de intenciones. Nacido en Zaragoza, licenciado en económicas y estrecho colaborador del reputado agente de jugadores Miguel Angel Paniagua, Artigas ha asumido desde hace varios días el cargo de director general del club. El aragonés, que ayer fue presentado en sociedad, ha llegado a la Isla con un único encargo: preparar al Inca para la ACB. De hecho, en su primera comparecencia ante los medios de comunicación, dejó bastante claro que esté será su principal cometido en la entidad de Es Raiguer, aunque también dejó bastante claro que «esto no es una carrera de cien metros; se asemeja más a una prueba de resistencia. La directiva tiene las ideas muy claras y creo que el proyecto es ilusionante en todos los sentidos. De hecho, si yo he decidido involucrarme en este proyecto es por la seriedad e ilusión que me han trasmitido los dirigentes del club».

Artigas abundó en su exposición subrayando que «intentaré colaborar al máximo de mis posibilidades en construir un club mejor, preparado para hacer frente a cualquier eventualidad y contratiempo. Durante estos años, Bàsquet Inca se ha granjeado fama de club serio. Nunca se ha visto involucrado en ningún contecioso por impago y eso es un aspecto que se valora mucho en la LEB». El director general inquense dejó claro que uno de sus grandes retos pasa por agrandar la representatividad del club.