Ni la consulta popular que está dispuesto a emprender Germán Burgos
para sondear el grado de respaldo de que goza entre la afición
mallorquinista ni los aplausos del público que el guardameta
cosechó ayer en Son Moix parecen argumentos capaces de trastocar
las ideas de Luis Aragonés respecto al, todavía, cuarto portero de
la plantilla. Aunque ya estaba previamente enterado de las
intenciones del técnico, el «Mono» escuchó directamente de boca del
entrenador que no entra en la confección del nuevo Mallorca.
«Haré una encuesta entre la gente; tomaré nombre, apellidos y
DNI de cada uno para ver si los aficionados me quieren o no»,
ironizó el guardameta al término de la primera sesión de trabajo en
Son Moix realizada por la plantilla a su regreso de Kossen. Burgos
se escudó en el humor para maquillar una situación en la que jamás
habría soñado hace apenas seis meses. Llamado a ser una de las
estrellas del Mallorca 99/2000, el internacional argentino se
encuentra ahora abocado a buscarse un nuevo equipo mientras insiste
en que, si dependiera de la afición, no tendría que hacer las
maletas. Para Burgos, sólo el tiempo y las gradas decidirán si la
de Aragonés ha sido o no una sabia decisión.
Si Burgos fue el protagonista presente, Ariel «Chupa» López fue
el único ausente en la primera sesión de trabajo en Palma. El
delantero sigue entrenando en solitario a la espera de que se
defina su salida del club y se ha convertido en el primer
descartado de una lista que aún tardará en cerrarse y donde los
nombres de Juan José Serrizuela y el propio Germán Burgos figuran a
continuación. A la espera de redefinir la plantilla, Luis cuenta en
estos momentos con treinta jugadores y todos ellos participaron en
el entrenamiento de ayer aunque Stankovic, renqueante de una
lesión, se ejercitó aparte y todo parece indicar que no estará en
condiciones de disputar el encuentro amistoso del sábado contra el
Bayer Leverkusen.
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