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Cuentan que Joan Gaspart fue diáfano en su primer encuentro con Aito Garcia Reneses, justo cuando estrenó galones de prensidente. «Pide lo que quieras, pero gana la Copa de Europa». Y el nuevo Barça empezó a cobrar forma dejando en el camino a Anthony Goldwire, Derrick Alston y Milan Gurovic. El enésimo fracaso en la Final Four tuvo mucho que ver, pero la humillación sufrida ante el Real Madrid en la serie por el título ACB acabó precipitando los acontecimientos y agotando el ciclo de tres jugadores que personifican la irregularidad que exhibió el cuadro azulgrana durante el curso anterior.

Obligado por un año perdedor y los dólares que ingresarán los equipos que competirán esta temporada en la nueva Liga Europea que apadrina Telefónica, el Barça ha acabado dibujando un equipo enorme llamado a recuperar todas sus credenciales en el viejo continente. Rony Seikaly es el nuevo estandarte. Ni la llegada de Jasikevicius, un escolta lituano que amalgama talento en cantidades industriales, ni el regreso de Arturas Karnishovas, han logrado restar gramos de protagonismo a una estrella NBA que debe marcar una época en el Barça. Eso si, los tres jugarán en el mismo equipo y eso es un lujo al alcance de unos pocos.

No obstante, el Barça que jugará esta noche en Llucmajor tendrá poco que ver con el arsenal que manejará Aito cuando concluyan los Juegos Olímpicos. Rodrigo de la Fuente, Roberto Dueñas, Nacho Rodríguez y Juan Carlos Navarro se encuentran desde hace varios días en Sydney, al igual que Jasikevicius, mientras que Karnishovas continúa recuperándose de una lesión que también retrasará su irrupción en la Liga.

Pese a este aluvión de ausencias, que en condiciones normales desarmarían a cualquier equipo, el Barça que se verá las caras con el Drac Inca "será el segundo amistoso con público que disputa el cuadro azulgrana" pondrá sobre la pista muchos argumentos sólidos: Pau Gasol, Francisco Elson, Rentzias y el propio Rony Seikaly.