El equipo local, que había podido con los norteamericanos en los
dos relevos masculinos disputados antes -4x100 y 4x200 libre-, no
fue capaz de repetir triunfo en la prueba combinada y cayó sin
discusión ante el poderío estadounidense. El espaldista Lenny
Krayzelburg y el bracista Ed Moses acumularon ventaja suficiente
para que sus compañeros Ian Crocker y Gary Hall Jr. nadasen sin
apuros. El tiempo de los campeones, 3:33.73, supuso un nuevo récord
del mundo que borró el logrado por el mismo país en Atlanta,
3:34.84. Australia, con Matthew Welsh, Regan Harrison, Geoff
Huegill y Michael Klim, hubo de conformarse con la plata (3:35.27),
mientras que Alemania se llevó el bronce.
Igual sucedió en el 4x100 estilos femenino. Las estadounidenses
comandaron la prueba desde el primer largo y todas sus nadadoras
fueron más rápidas que sus parejas australianas. BJ Bedford, Megan
Quann, Jenny Thompson y Dara Torres compusieron el relevo
triunfador. Su tiempo de 3:58.30 borra de las listas de récords,
por más de tres segundos. Las australianas fueron segundas con
4:01.59 y las japonesas, terceras con 4:04.16.
Los 1.500 metros se anunciaban como cosa de dos y los
australianos Grant Hackett y Kieren Perkins no decepcionaron a su
público. El primero, campeón del mundo, se impuso con cierta
comodidad a Perkins, plusmarquista mundial y campeón de esta prueba
tanto en Barcelona como en Atlanta. Hackett completó la distancia
en 14:48.33, sólo 5.26 menos que Perkins, pero éste no ofreció en
ningún momento la impresión de poder dar alcance a su compañero de
equipo.
En la final femenina de velocidad sumó su tercera medalla de oro
la holandesa Inge de Bruijn, la nadadora que se llevará de Sydney
un botín más valioso. No pudo igualar el récord del mundo que batió
el viernes en semifinales, 24.13, pero sus 24.32 le bastaron para
superar a la sueca Theresa Alshammar, plata con 24.51, y a la
estadounidense Dara Torres, bronce con 24.63.
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