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EFE - SYDNEY
El gimnasta español Gervasio Deferr logró ayer la medalla de oro en la competición de salto dentro de la última jornada de finales de este deporte, disputada en el Superdome de Sydney.

Deferr logró 9'712 puntos (9'800 en su primer salto y 9'625 en el segundo) y logró un sorprendente oro en una final caracterizada por los numerosos errores que cometieron los competidores. La medalla de plata fue para el ruso Alexei Bondarenko (9'587) y la de bronce para el polaco Leszek Blanik (9'475).

Deferr llegó a Sydney como subcampeón del mundo de suelo y con la intención de lograr una medalla en esta modalidad, pero su inesperada eliminación en el mismo hizo que se centrara en el salto. Barcelonés hijo de argentinos de 19 años de edad, Deferr llegó a los Juegos Olímpicos como principal opción de medalla de España tras la lesión del campeón madrileño Jesús Carballo. Su medalla de plata en el suelo en el Campeonato del Mundo de Taijín (China), celebrado en octubre del año pasado, depositaba sobre él el peso de ser la principal esperanza de la gimnasia española.

Su inicio de competición no pudo ser más desalentador. En la fase clasificatoria, un fallo en la última diagonal de un espléndido ejercicio le dejó fuera de la final. Sí entró en la final de salto, lo que no le resarcía de la decepción. Excluido de la final de suelo, se centró en el salto y el resultado, el oro olímpico, no ha podido ser mejor.

Gervasio Deferr empezó a practicar la gimnasia a los seis años de edad cuando su madre observó en él cualidades para la práctica de este deporte y le llevó al Centro de Tecnificación de la Federación Catalana de gimnasia. Desde entonces, este deporte ha sido el centro de su vida.