La pelea tuvo como espectador especial al príncipe Felipe, que
fue el primero en ir a felicitar a Lozano por su triunfo y desearle
suerte para la final, que disputará el sábado ante el francés
Brahim Aslum, que dio la gran sorpresa al vencer por puntos al
campeón Olímpico en 51 kilos, el cubano Maikro Romero. De nuevo la
estrategia y la inteligencia que desarrolló sobre el cuadrilátero
del Centro de Convenciones de Sydney fueron las llaves que le
abrieron el camino de un triunfo histórico para el deporte español,
de un atleta, que a sus 30 años y en solitario dio un ejemplo de lo
que es realmente el auténtico espíritu Olímpico.
Lozano, de menor envergadura, salió decidido a que su velocidad
de piernas le ayudase para circular constantemente sin que Kim le
pudiese cortar sus salidas y ahí comenzó a cimentar la gran
victoria. Aunque fue Kim el que consiguió el primer punto con una
izquierda, Lozano respondió con una derecha que empata enseguida y
a partir de ese momento el boxeador español con otra izquierda se
puso por delante en la puntuación 2-1 para no abandonar nunca la
preciada posición.
El segundo asalto sirvió para que Lozano aplicase la segunda
parte de su estrategia de comenzar a meter la mano derecha para
entrar en la guardia de Kim y salirse rápido, algo que le resultó a
la perfección porque consiguió ponerse con ventaja de 7-2 en la
puntuación y ahí todo el camino fue fácil. Aunque Kim salió en el
tercero dispuesto a reducir la desventaja con un ataque total,
Lozano no perdió el control y por el contrario la aumentó con otra
derecha que lo dejó 8-2, mientras su movilidad fue mejor, y aunque
arriesgó al final logró mantener tres puntos (11-8) que fueron
decisivos.
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