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8 RUSIA: Maximov, Kozlov, Erychov (1), Chomajidze, Gorchkov (2), Garbuzov (1), Zinnurov (1) -equipo inicial-, Iatsev (1), Stratan (2), Balachov, Reketchinski y Zakirov.
7 ESPAÑA: Rollán, Pedrerol, Estiarte, Hernández (1), Iván Moro (4), Gómez, García -equipo inicial-, Marcos (1), Ballart, Sans (1), Sánchez Toril, Daniel Moro y Pedro García.
Parciales: 3-3, 2-1, 1-1, 1-2, 0-0, 0-0, 1-0 (gol de oro).
ÀRBITROS: Dani Renato (ITA) y Vlastimil Kratochvil (SVK). Expulsaron a los dos entrenadores españoles, Joan Jané y Antonio Aparicio, por levantarse del banquillo.

EFE - SYDNEY
Los españoles tendrán que jugar por el bronce, y con una dificultad añadida al cansancio físico y psicológico que acumularon: tanto el seleccionador nacional, Joan Jané, como el segundo entrenador, Antonio Aparicio, vieron la tarjeta roja por levantarse del banquillo, acción prohibida en este torneo por la FINA, y tampoco podrán dirigir a sus hombres en el choque de consolación.

En el todo o nada que es el gol de oro, a España le ocurrió cuanto de malo podía ocurrirle: Estiarte, que se fue en blanco, estrelló una vaselina contra el poste, Iván Moro fue excluido, el equipo se quedó en inferioridad, Rollán tuvo que interceptar no menos de tres balones a bocajarro, Maximov paró a Pedrerol lo imposible y Aparicio fue expulsado, ante la mirada del ya excluido Jané desde la grada.

Los rusos tardaron nueve minutos y 55 segundos en firmar la sentencia y condujeron a España al agotamiento. El partido había acabado con empate a siete tras dos prórrogas y sin que España hubiese estado en ningún momento por delante en el marcador, salvo con el gol inicial. En el primer periodo extra Rusia convirtió su ya pegajosa defensa en agobiante: paró, bloqueó y desvió, pero no dejó fuerzas para emplearlas en ataque. Luego Rollán y Maximov se lucieron por turnos y el técnico Alexandre Kabanov pidió su segundo tiempo muerto, de nuevo en vano.