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La plantilla del Club Baloncesto Granada se ha sumado al encierro que los trabajadores, jugadores y técnicos de la Ciudad Deportiva Granada 92 emprendieron como medida de presión ante el Ayuntamiento de la ciudad. Es el enésimo episodio del contencioso que mantienen Carlos Marsá, máximo accionista de Granada 92 "entidad que tiene en su estructura al CB Granada y el CP Granada 74" y el consistorio granadino desde hace varios años y que salpica el duelo que deben protagonizar el viernes en el Palau d'Esports Drac Inca y el conjunto andaluz. La recalificación de unos terrenos propiedad de Marsá sigue siendo el principal foco de polémica.

El empresario granadino ha dejado entrever durante los últimos días la posibilidad de disolver el Granada 92, circunstancia que afectaría a la propia Liga LEB "desaparecería el CB Granada", aunque no ha dejado de ser otro órdago y el equipo que entrena Antonio Gómez Nieto jugará en Inca.

Los jugadores del CB Granada, decidieron el lunes acompañar a sus compañeros del CP Granada 74 de Tercera División de fútbol en el encierro como medida de protesta para pedir el apoyo del Ayuntamiento y solidarizarse con las reivindicaciones del propio Carlos Marsá. La plantilla nacional decidió sumarse en pleno al encierro en el Palacio de los Deportes de Granada, con la excepción de los extranjeros Johnson, Hood y Gordon.

Drac Inca ha acogido con recelo los problemas que vive el CB Granada. «Este tipo de situaciones suelen unir más a la gente y el partido que nos esperá será muy complicado», ha subrayado José Luis Abós. El técnico mallorquín considera que «Granada cuenta con una gran plantilla y lo está demostrando en este inicio de Liga». De hecho, los problemas no parecen haber afectado en exceso al equipo andaluz, que el pasado sábado aleccionó al Tenerife Canarias. Granada, que ha ganado dos de los tres partidos que ha disputado, cuenta en sus filas con el base mallorquín Guillem Coll, jugador que durante las dos últimas temporadas había recalado en las filas del Ourense Baloncesto.