El delantero lució la medalla de plata conseguida en Sydney 2000. Fotos: SEBASTIÀ AMENGUAL

TW
0

La terminal de llegadas del aeropuerto de Palma recibió ayer a otra medalla olímpica. Albert Luque aterrizó con la plata en el cuello. El mallorquinista se marchó a Sydney con la intención de traerse el oro pero Camerún, con Lauren y Eto'o, se cruzó en su camino y tuvo que conformarse "que no es poco" con el segundo premio. «Estoy muy contento por haber llegado hasta dónde hemos llegado. Queríamos el oro pero la plata la hubiéramos firmado antes de empezar», manifestó Albert.

El delantero del Real Mallorca aterrizó junto al presidente de la Federación Balear de Fútbol, Antonio Borrás del Barrio, que realizó la funciones de delegado de la selección durante toda la estancia del grupo español en Australia. «La selección española es la segunda mejor de las 205 que tiene la Fifa. La final se perdió y el arbitraje perjudicó mucho a España. No midió a los dos equipos por el mismo rasero», explicaba Borrás.

Luque reconoce que la experiencia de participar en los Juegos será inolvidable. «Me hubiese gustado participar más, haber jugado más minutos, pero lo que he vivido ha sido impresionante y maravilloso. Además venir con el premio de una medalla es excepcional», manifestó el delantero. Tras un largo y agotador viaje, el futbolista resaltaba que las últimas horas han sido agotadoras. «Entre el viaje y las casi dos horas de cola para recoger las maletas he de reconocer que estoy muy cansado pero ha valido la pena ya que estar en una Olimpiada no ocurre todos los días», comentaba el futbolista.

Luque es una de las esperanzas y revulsivos que tiene Luis Aragonés de cara al próximo partido de Liga a disputar la próxima semana frente al Racing de Santander.