En sus círculos más íntimos, Miguel Àngel Cabral ha comentado en
varias ocasiones las similitudes que parecen guardar el proyecto
que acomodó al Cajacantabria "bautizado hace un par de temporadas
como Los Lobos" en la ACB con el que maneja este año el Drac Inca.
El alero de Jerez, pieza fundamental de aquel equipo en el que
compartió muchas cosas con Luis Merino y que se ganó el ascenso
tumbando en semifinales al Breogán (campaña 96/97 y José Luis Abós
en el banquillo del cuadro gallego), defiende su tesis exponiendo
que Torrelavega e Inca comparten muchas señas de identidad; aunque
también ha reclamado algo de tiempo para evaluar resultados y
extraer más conclusiones.
Cabral es un tipo curtido, con una enorme capacidad de liderazgo
y la ilusión de un tímido júnior, pero también necesitaba un
partido grande para rearmarse anímicamente y ganarse el respeto de
una hinchada que ya empieza a saber quién es Miguel Àngel
Cabral.
Su instinto ganador fue el que rescató al Drac Inca ante el
Granada. Fueron unos minutos de varios órdagos y que coincidieron
con la irrupción de Luis Merino. El equipo se agarró a la conexión
Cantabria y acabó restaurando la ilusión en un Palau d'Esports que
también empieza a creer en este equipo. La Liga no ha hecho otra
cosa que echar a andar, pero las primeras fracturas están ahí,
especialmente por abajo. Las victorias han alcanzado una cotización
insospechada hace sólo un par de semanas y perder en casa tiene
efectos altamente nocivos.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.