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3 MALLORCA: Alberto (1), Buades (0), Cordero (1), Romerito (1), Pelegrín (1), Benjamín (1), Campano (0), Robles (2), Güiza (3), Roberto (2) y Albert Riera (1).
Cambios: Jesús (2) por Benjamín, Jofre (2) por Albert Riera y Quique Romero (1) por Buades.
2 HOSPITALET: Miguel Navarro (1), Vacas (1), Roberti Navarro (1), José (1), Uceda (1), Jordi Melero (2), Marcos (2), Preciado (2), Ricky (2), Torecilla (2) y Matamala (1).
Cambios: Siscu (1) por Torrecilla, Javi García (1) por Preciado y García Pimienta (-) por Ricky.
ÀRBITRO: García Molla (Colegio valenciano). (1). Regular actuación. Le perdonó la expulsión al meta Miguel Navarro. Amonestó con la cartulina amarilla a los locales Benjamín, Güiza y Roberto y a los visitantes Miguel Navarro, Jordi Melero, Preciado, Matamala, Siscu y al masajista.
INCIDENCIAS: Alrededor de 1.000 personas en el estadio Lluís Sitjar. Mañana gris y lluviosa y terreno de juego en buenas condiciones.
GOLES:
Minuto 46, Ricky aprovecha un despiste de la zaga local y marca de tiro raso tras superar al portero Alberto, 0-1.
Minuto 56, Preciado se encuentra un balón sin dueño en el interior del área y supera a Alberto de fuerte disparo, 0-2.
Minuto 65, Güiza recibe un pase interior y bate a Miguel Navarro por alto, 1-2.
Minuto 82, Romerito sirve a Jesús y el extremeño marca de potente chut, 2-2.
Minuto 92, Campano ejecuta un golpe franco y Güiza, de cabeza, se adelanta a la defensa, 3-2.
LO MEJOR: La remontada
LO PEOR: Los despistes

XISCO CRUZ
El filial remontó un partido imposible, uno de esos encuentros que sólo amanece un par de veces al año y que invita a la grada a abonarse al equipo. Un escorzo de Güiza sacudió directamente al corazón de la hinchada y acabó por completar una reacción extraordinaria argumentada en el fútbol de ataque y diseñada desde el banquillo. La entrada de Jesús Perera, Jofre y Quique Romero acentuaron el juego del Mallorca B y acabaron por desquiciar al mejor Hospitalet de los últimos años (3-2).

Y es que el filial empieza a tener recursos. El regreso de Güiza y Robles, la llegada de Quique y la adaptación de Jofre le han dado otra dimensión al equipo y un buen puñado de alternativas. Cuando los catalanes habían castigado a un grupo indolente y minado de debilidad defensiva "la falta de laterales obliga a Buades y Cordero a jugar lejos de su hábitat" con dos goles a poco de iniciar el segundo acto, Juan Ramón López miró hacia el banquillo y expuso sobre la hierba a toda su batería de atacantes. A falta de 25 minutos, con la afición resignada ante el manojo de errores y despistes rojillos, Güiza le dio vida al partido. Acertó a rematar un balón desde el borde del área y el filial se animó. Los de Lluís Pujol, que habían sacado petróleo de las dos veces que pisaron el área balear, dieron un paso atrás y se atrincheraron entorno a su portero. Pero Jesús Perera buscó un hueco, Romerito le puso el cuero en el pie y el extremeño lo envió a la red (minuto 82).

Era una mañana mágica y los baleares lo sabían. Buscaron hasta el final y encontraron oro en la testa de Güiza, un tigre en el área. Sus goles impulsan al filial.