Los seleccionadores nacionales españoles de juveniles y féminas
coincidían en señalar que la jornada no había sido nada buena para
sus pupilos y que sin hacerlo mal les faltó suerte para estar al
final con los mejores.
De las cinco representantes españolas sólo logró terminar Rosa
María Bravo, que fue noticia en la mañana por los controles
sanguíneos, a lo que la seleccionadora agregó. «Empezamos mal el
día y no terminó mejor. De lo sucedido esperaba algo más de Fátima
y Dori. Rosa al final no tuvo suerte al pinchar cuando la carrera
estaba lanzada», comentó la seleccionadora Ainhoa Artolazábal.
Por su parte Rosa Bravo, protagonista del día por la confusión
de los controles sanguíneos, indicó: «Me dejó de piedra cuando me
llamaron los médicos de la UCI para hacer un segundo control.
Afortundamente todo se aclaró. Respecto a la carrera decir que me
ha faltado suerte al pinchar en el tramo final. Estuve a punto de
conectar pero era una zona muy complicada. El circuito no ha sido
tan duro ni exigente como puede parecer por las muchas caídas».
La bielorrusa Zinaida Stahurskaia puso fin al reinado de las
corredoras lituanas en la prueba de fondo y se adjudicó con
facilidad la medalla de oro en una prueba en la que las caídas
condicionaron su desarrollo.
El neozelandés Jeremy Yates, por su parte, entró en la historia
de los campeonatos del mundo, al convertirse en el primer corredor
de ese país en ganar una medalla de oro en juveniles.
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