El deporte paralímpico español arrancó once medallas en la tercera
jornada de los Juegos de Sydney, y sus deportistas se adueñaron, al
menos por un día, de la gloria de los elegidos que han encumbrado
al equipo hispano a lo alto del medallero por primera vez en la
historia.
España suma veintidós metales cuando la euforia previa a la
aventura australiana hablaba de más de cien éxitos. Los deportistas
españoles mantienen la media con las seis medallas de oro, las tres
de plata y las dos de bronce conquistadas entre la natación, el
atletismo, el tenis de mesa y el judo.
El Estadio Olímpico fue el escenario de mayor gloria española.
El himno nacional sonó tres veces en el recinto más carismático del
Parque Olímpico. Jose Antonio Expósito, discapacitado intelectual,
subió a lo alto del podio en salto de longitud. Fue el cierre a una
jornada de éxitos que inició Iván Hompanera, paralítico cerebral,
en 800 metros. Los atletas ciegos Enrique Sánchez Guijo y Julio
Requena pudieron compartir su triunfo al rebasar la línea de meta
tras recorrer los doscientos metros. Primero entró el salmantino y
después el leonés para confirmar el dominio hispano en la
prueba.
Iñigo García lanzó el peso hasta los 14'74 metros y logró la
medalla de plata. El Estadio Olímpico contagió de gloria al Acuatic
Center, donde los nadadores hispanos se adueñaron de otros cuatro
metales. Enrique Floriano, ciego parcial, y Daniel Vidal, con las
dos manos amputadas, lograron oro y récord del mundo en 200 metros
estilos y 50 metros mariposa. El barcelonés Jesús Collado, con una
malformación congénita en la pierna izquierda, hizo sonar de nuevo
el himno español en el recinto acuático tras ganar los 100 metros
mariposa. Teresa Perales, parapléjica, consiguió la plata en 50
mariposa femeninos.
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