Será un encuentro disputado en Palma, pero dirigido en sa Pobla. La
presencia de Llorenç Serra Ferrer y Pep Alomar en el banquillo
blaugrana y el ocasional ascenso de Damián Amer a la dirección
técnica del Mallorca han propiciado que la localidad mallorquina
mire hoy con especial reverencia a Son Moix.
Nunca un Mallorca-Barça había provocado tanta expectación, pero
el municipio tiene esta noche muy buenos argumentos para hacer suyo
el partido. Uno de esos extraños regates del destino ha permitido
que Serra Ferrer se siente por primera vez en Son Moix precisamente
la misma jornada en que su ex pupilo Damián Amer tomará la batuta
del primer equipo bermellón. La jugada que hizo posible este
encuentro comenzó a urdirse el pasado sábado, cuando el árbitro
Julián Rodríguez Santiago expulsó a Luis Aragonés por protestar. En
buena medida, ha sido el colegiado castellano-leonés uno de los
grandes causantes de este pulso histórico. Y por tanto el
responsable de que, durante esta semana, en sa Pobla apenas se
hable de otra cosa. La localidad se ha convertido en un hervidero
de comentarios sobre el partido, una continua tertulia de opiniones
divergentes cortadas sin embargo por un denominador común: el
orgullo de ser pobler.
Con todo, el reencuentro Serra-Amer en un contexto de la
trascendencia de un compromiso de liga ha pillado fuera de juego a
más de uno. Recién aterrizado en Irlanda para iniciar unas
vacaciones, el alcalde Jaume Font lamentaba ayer a este periódico
perderse el partido: «Me parece algo importantísimo para sa Pobla y
para toda Mallorca. Si llego a estar allí, habría ido a Son Moix
pero en cualquier caso lo que cuenta es que tanto Llorenç y Pep
como Damià serán hoy tres protagonistas del partido y me alegro por
ellos, los aprecio y se lo merecen», señaló Font.
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