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Xavi Torres incrementó ayer su esplendoroso patrimonio olímpico con una nueva medalla de oro, la tercera de este metal y la cuarta en su cómputo global de la presente edición de los Juegos Paralímpicos. El mallorquín integró el equipo español de 4x50 estilos junto a Ricardo Ten, Sebastián Rodríguez y Daniel Vidal. Con este triunfo, el nadador del CN Voltor supera el bagaje cosechado en los Juegos de Atlanta, donde saldó su actuación con tres medallas (una de cada metal) y se convierte en uno de los principales puntales del equipo español en la cita australiana.

Torres, que había acudido a Sydney después de pasar una temporada en blanco, declaró recientemente a este periódico su satisfacción por los resultados que estaba logrando apenas unos meses después de que se hubiera planteado su retirada definitiva. Con sus cuatro medallas, el nadador mallorquín atesora argumentos suficientes como para seguir mucho tiempo en la alta competición.

El triunfo de Xavi se produjo en una jornada en la que el equipo paralímpico español alcanzó y sobrepasó el centenar de medallas y cubrió las crecidas expectativas de la delegación hispana en las vísperas de partir rumbo a las Antípodas que aproxima su objetivo a los logros cosechados en Barcelona 92 y Atlanta 96.

Enrique Serrano, un madrileño de 27 años, ciego, amante de los viajes y del cine se adueñó del particular honor de conquistar el metal cien para España. Fue el consuelo de la ironía del infortunio. Un tropezón en la última curva apartó al madrileño de la lucha por el oro que conquisto su compañero César Carlavilla. Pero ese bronce llenó de sentido el trabajo del equipo español, inmerso ya en las ciento cuatro medallas a falta del último día de competición, a dos de las ganadas hace cuatro años y a tres de las obtenidas hace ocho.