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Daniel González Güiza. 17/08/80. Jerez de la Frontera. Es el DNI del último tirano del gol, el nuevo autócrata del área del Lluís Sitjar y la referencia válida de un filial que progresa al mismo ritmo que el andaluz. Ha bajado del cielo de la Liga de las Estrellas para involucrarse en una categoría que castiga la indolencia y en sólo cinco jornadas ha explotado su talento. Ha sumado siete goles y el Mallorca B ha endulzado su trayectoria: es quinto, a cinco puntos del líder y se encuentra muy cerca de cruzar la línea que separa a los mediocres de los notables. Un lujo.

Juan Ramón López ha querido evitar que Güiza se convierta en el epicentro de la reactivación del grupo balear y se ha encargado de mantener el equilibrio en una plantilla que ha agradecido su vuelta. Curiosamente el de Lebrija avaló su contratación "dicen que poco antes que Madrid y Barça le echaran la red" y le puso sobre el tapete para que se granjeara la simpatía de una grada que ha reconocido su capacidad para amontonar goles.

Llegó después de un paso sin excesos por el Dos Hermanas. Allí aterrizó en calidad de cedido "por el Xerez" y el Mallorca lo firmó reservándose una opción de compra que ha hecho efectiva para asegurar el futuro de la vanguardia mallorquinista. En su primer ciclo con la zamarra rojilla fue capaz de marcar ocho dianas en once partidos y de catapultar al filial hacia las plazas de privilegio. Recibió el premio de completar la pretemporada con la primera plantilla y debutó en Europa frunciendo el ceño tras la eliminación en Rumanía.

Rehabilitado para el balompié de elite por Luis Aragonés "incluido en algunas convocatorias y titular ante las bajas de Luque, Biagini y Eto'o" ha sido relegado al segundo equipo tras el cierre de los Juegos Olímpicos. Calcó efectividad ante Gimnàstic, Hospitalet y Borriana (en todos marcó dos goles) y plagió una de sus mejores tardes frente al Gandía.