Miquel Buades tiene afectado el menisco de la rodilla de su pierna
derecha y el miércoles será sometido a una resonancia magnética
para conocer el verdadero alcance de su lesión. El defensa
mallorquín se «teme lo peor» ya que considera que el ligamento
anterior cruzado puede estar afectado, algo que complicaría y
alargaría su proceso de recuperación.
Buades se tuvo que retirar el pasado domingo en el minuto 39
después de intentar cortar el avance del lateral del Castellón. No
pudo abandonar el terreno de juego por su propio pie y todo apunta
a que la lesión será grave: «Noté un crujido que me hace presagiar
algo malo. Espero que no suceda, pero existe la posibilidad de que
tenga roto el ligamento anterior cruzado. No quiero ser pesimista,
pero la realidad es que tengo afectado el menisco y que la lesión
se puede agravar», explicaba resignado el futbolista.
El jugador debía someterse ayer a una resonancia, pero las
máquinas y la ausencia del doctor Pericás imposibilitaron la
operación. El de sa Pobla significaba que «quería despejar la
incógnita y conocer la lesión que tengo realmente, pero deberá
esperar hasta el miércoles. No hay problema porque el menisco
segrega un líquido que me evitará tener molestias y el miércoles la
resonancia será más nítida. Ahora debo guardar reposo y tener
paciencia», agregaba Buades.
Después de sufrir problemas en un mano que le impidieron viajar
a Rumanía para jugar la vuelta de la Intertoto y de tener molestias
en la rodilla hace varias semanas, ahora el zaguero se vuelve a
encontrar en la enfermería; «Es una temporada atípica y muy
negativa a nivel personal. Desde que empezó sólo he tenido
problemas y ahora este problema me deja nuevamente fuera de los
terrenos de juego. Espero que no sea nada y que pueda volver cuanto
antes», concluía.
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