A pesar de esta circunstancia favorable para los intereses del
equipo dirigido por Sergio Scariolo, los visitantes se vieron
sorprendidos en un principio por el juego veloz y exterior de los
dos pívots locales, Roe y Esmorís, quienes crearon problemas
durante todo el partido llevando el peso anotador de su equipo.
El Real Madrid empleó todo su potente banquillo en rotaciones
continuas, mientras que Moncho López apenas podía dar descanso a su
equipo base, que aguantó mientras les quedaron fuerzas.
En el último cuarto los locales jugaron a la desesperada para
tratar de acortar distancias, pero los madridistas supieron jugar
con tranquilidad y mantener la ventaja lograda.
Por otro lado, el escolta lituano Sharunas Jasikevicius demostró
al Palau Blaugrana quien es la gran estrella de este Barcelona y
desequilibró con trece puntos en tres minutos un encuentro que al
equipo azulgrana le costó romper y que acabó ganando con gran
claridad (105-83).
Nadie se acuerda ya de Rony Seikaly en el conjunto barcelonista,
que ha saldado con gran solvencia los partidos sin el
norteamericano. Aunque también es cierto que necesita a un pívot
capaz de parar a jugadores como Deon Thomas, máximo anotador del
encuentro con 33 puntos.
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