El Villarreal no sólo lleva consigo el atractivo de ser la
revelación del campeonato. En el puente de mando del Submarino
Amarillo se ha instalado Víctor Muñoz Manrique, el entrenador que
salió merced a Bartolomé Beltrán por la puerta de servicio del
Sitjar. Junto al maño, su otrora auxiliar, Raúl Longhi, y el
presidente del club de La Plana, Fernando Roig, encabezaron la
expedición de un Villarreal que con más de una hora de retraso y
pocas ganas de salir mal parado hizo acto de presencia en Son Sant
Joan, donde instantes antes aterrizó el guardameta del Real Betis,
Toni Prats, que aprovechó la sanción que pesa sobre él para
descansar en casa.
Víctor y sus hombres están de moda, pero el inquilino del
banquillo de «El Madrigal» tiene claro que «la motivación por
vencer en el Nou Camp se une a nuestro espíritu de equipo que
siempre sale a ganar, y por ello creo que podremos ver un bonito
espectáculo en Son Moix. El Mallorca también ha ganado a los
grandes y ha demostrado un gran nivel en las últimas semanas, pero
nosotros somos profesionales y saltaremos al campo a por todas»,
afirmó el entrenador zaragozano.
La vital baja de Guillermo Amor es el único contratiempo de los
castellonenses, «pero de eso no quiero hablar, ni tampoco de las
bajas del Mallorca, pues pese a todo tenemos dos plantillas que
juegan un buen fútbol y con jugadores que pueden marcar la
diferencia». Luis Aragonés no ha escatimado elogios hacia su rival,
lo que a su vez llena de satisfacción a Muñoz, «pues halaga que un
hombre y un profesional de la talla de Luis Aragonés me considere
un técnico valiente. Eso sí, los que juegan son los jugadores, y
son ellos los que en el campo deben superar a los oponentes».
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