Las cámaras de TeleNova captaron el enfado de Luis Aragonés.

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La situación en el seno del Real Mallorca exhibe un clima de tensión que hacía mucho tiempo que no se vivía. El culpable de esta crisis abierta es Samuel Eto'o que con sus actos de indisciplina a creado una de las situaciones más tensas a nivel interno que ha podido vivir la entidad en el transcurrir de estos últimos años. Luis Aragonés fue muy claro y dijo a Eto'o y a los futbolistas que él ya está harto de numeritos, circunstancia que motivó el enfado de todos los jugadores ya que, sin tener ellos nada que ver, se ven salpicados por una acción de indisciplina protagonizada por un jugador en concreto.

Samuel volvió a exhibir un comportamiento falto de respeto hacia el técnico y de ahí que todavía el entrenador se airase más y tomara una postura muy seria hacia el grupo. En los campos de entrenamiento del Zaragoza, el técnico reunió por espacio de media hora a los futbolistas y Samuel Eto'o volvió a ser el triste protagonista. Luis abroncó de nuevo con firmeza y sin contemplaciones al camerunés. Voceó, dejó en evidencia al delantero y lo hizo ante todos los futbolistas, sin esconderse de nadie, ni de los periodistas ni de nada. Exigía al delantero que le mirara a los ojos y le recordaba que a él nadie le lanza ningún objeto. Con las cámaras de televisión como testigo Luis dijo a voces: «A mí no me tira nadie, se lo digo a todos, a mí no me tira nadie la chaqueta del equipo que me paga», gritó Luis.

El entrenador además fue muy claro al decirle a Eto'o que «le digo que pudo haber un incidente más grave porque no le di un cabezazo de milagro, se lo digo delante de todos, de milagro no le di un cabezazo. Tiró una botella y pasó por delante de mí diciendo palabras inninteligibles. Yo le digo, vaya para adentro, míreme a la cara, usted está incumpliendo un código como un futbolista no debe», le gritó Luis a su infantil, indisciplinado y polémico futbolista. Eto'o cogió una botella de agua tras la arenga de su entrenador y la tiró con rabia y sin miramientos en el interior del banquillo.