Los equipos de España y Australia se han enfrentado en tres
ocasiones con victorias rotundas del conjunto «aussie», tres
batallas desiguales, todas disputadas sobre hierba en las que los
españoles poco pudieron hacer para contrarrestar la habilidad de
sus rivales en este tipo de superficie. La primera tuvo lugar en
Filadelfia, en Estados Unidos, en 1922 en la tercera ronda de la
Zona Americana en el Germantown Cricket Club de esta ciudad. Era la
quinta intervención del equipo español en esta competición (España
debuto en mayo de 1921 contra Inglaterra y perdió 4-1) y de aquella
primera confrontación contra Australia sólo salió victorioso Manuel
Alonso que venció a Pat O´Hara-Wood el primer día.
La segunda se produjo 43 años después, en 1965, en la primera
«challenge round» o desafío (el equipo ganador esperaba en casa al
que superando rondas llegaba a la final). Se disputó en el mítico
White City Stadium de Sydney, con dos grandes capitanes al frente,
Harry Hopman por el equipo australiano, y Jaime Bartolí por el
español. La única victoria española la consiguió Manolo Santana
sobre Roy Emerson la última jornada, cuando todo estaba
decidido.
Dos años después, en 1967, la visita obligada del equipo español
en su segundo desafío contra los defensores del título tuvo lugar
en Milton Courts, en Brisbane. Santana volvió a ganar el único
encuentro, esta vez contra John Newcombe, actual capitán del equipo
australiano, también con todo resuelto.
A pesar de que la historia no invita al optimismo, los miembros
del equipo español siguen exhibiendo muy buenas vibraciones en los
días previos a la gran final. La jornada de ayer estuvo
protagonizada por el tenista australiano Lleyton Hewitt, que evitó
polemizar con el español Alex Corretja, quien tras vencerle el
pasado jueves en el Masters de Lisboa acusó al jugador ´aussie´ de
ser un maleducado y no saber aceptar la derrota.
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