El Real Mallorca quiere despedir el milenio situado en las zona
europeas. El partido de esta noche frente al Espanyol tiene muchos
condicionantes atractivos. Es el último partido del 2000, el
Mallorca quiere los tres puntos para situarse lo más arriba
posible, el campo presentará un buen aspecto de público y, por
encima de todo, estará la figura del árbitro, Losantos Omar cuya
actuación será, sin lugar a dudas, seguida con lupa.
Tras el pésimo arbitraje de Turienzo Alvarez en Vigo, la afición
no está dispuesta a que vuelva a ocurrir una injusticia como la del
domingo en Balaídos y los pasos del trencilla de turno serán
vigilados al detalle.
En el apartado deportivo, Luis Aragonés no puede contar con
Olaizola, sancionado y tampoco con Armando. Ayer el Comité de
Competición le sancionó con un partido y la única esperanza es que
hoy, el Comité de Apelación en la reunión que tendrá lugar a la
una, levante el castigo o, como mínimo, aplique la sanción
cautelar. En caso de que esta gestión no fructifique, el preparador
de Hortaleza situará a Jorge Cordero en la derecha de la zaga.
El ambiente que rodea el partido está marcador por la necesidad
de sumar los tres puntos y por la labor arbitral. Tanto de un tema
como de otro habló ayer Luis Aragonés. «Vamos a ver si nos
devuelven lo que nos han quitado. Los tres puntos de hoy son
vitales para nosotros», comentó Luis. Respecto a los errores
arbitrales, Aragonés aseguró que «todavía no hemos tenido ningún
error a nuestro favor, todos han sido en contra. Lo del domingo en
los años que llevo no me había pasado nunca. Los errores fueron
siempre en la misma dirección y esto, de verdad, jamás me había
pasado», aseveró el de Hortaleza.
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